Únicamente dos años faltan para que nuestro amado diario cumpla un siglo de existencia con un trabajo impecable en el que, todos los días, la rigurosidad, el empeño por la transparencia se ponen de manifiesto. “Usted es un activo fijo del Mercurio” nos decía entre sonrisas una de sus personeras y definitivamente nos emocionamos al comprobar que el camino recorrido ya es largo pero siempre retador; no es fácil enfrentar a la corrupción, a la política, al caos y al desorden moral desde la palabra; no es fácil cada lunes de cada semana reconocer que usted, amigo lector, está detrás de estas líneas, que el grupo social que constituimos todos los ecuatorianos necesita el coraje de la palabra escrita, del texto valiente y del equilibrio para discernir sobre la libertad de expresión; y con toda la libertad hemos hablado y conversado de todo aquello que nos angustia pero que siempre se enciende la esperanza porque al final del día somos más los buenos ciudadanos. Así de simple. Sin silencios cómplices nuestro diario ha denunciado y visibilizado todo aquello que ha sido urgente resaltar y prácticamente es un referente de nuestra región. La digitalización, las nuevas voces, las técnicas y los discursos tienen el sello de la honestidad. Esto es todo, un nuevo artículo de su servidora en este lunes donde una vez más abrazamos la realidad que nos rodea y enviamos la felicitación sincera. (O)
