Se prende el consumo

Marco Antonio Piedra Aguilera Twitter: @mpiedra0768

Estamos muy próximos a la llegada de una de las festividades que mayor movimiento trae consigo, fechas en la cual, ya sea por costumbre o por contagio, nos volvemos compradores impulsivos de casi todo bien que se nos pone al frente. Exactamente, con esa intención tratamos de agradar a nuestros allegados, pretendemos mejorar nuestro guardarropa o de darnos algún pequeño gustito con un bien suntuario que desde el día de la compra intentará brindarnos aquel confort que buscamos.

Lamentablemente en algunas oportunidades estas condiciones traen consigo actuares poco racionales y que muy de seguro traen consecuencias serias al haber caído en los tentáculos de una tarjeta de crédito con sus supuestas facilidades de pago, o de algún súper combo desarrollado para impactar a un ilusionado comprador que busca un bien pero sus ingresos económicos no le soportan para realizarlo con pago de contado. Esto simplemente es un robo descarado y a mano armada con un inofensivo bolígrafo.

Respaldo lo dicho estimado lector con el siguiente argumento, vaya a una casa comercial cualquiera, consulte por el valor de un bien, ahora consulte si es que tienen planes de financiamiento, una vez con el valor en sus manos proyecte le valor total a cancelar, luego solicite una proforma indicando que tiene el dinero en efectivo y que ese momento puede realizar la transacción y podrá observar mágicamente como ese súper numero de algunas cifras se reduce a menos de la mitad planteada. Si, así es, compruébelo y tome conciencia de lo que llegamos a pagar por un pequeño gusto.

Seamos muy cautos con nuestros flujos de dinero y obligaciones contraídas, puesto que si ya caímos en las redes de la compra, cuando menos busquemos no caer en las redes del retraso de pago o, peor aún en la no cancelación de un compromiso adquirido. Evitemos temas como gastos de morosidad e intereses que de fijo le vuelve aún más lesiva a nuestra inocente compra. (O)