Ciudad

Catalina Sojos

En medio de la delincuencia organizada, los terrores de la ciudadanía y su consecuente violencia a los malandrines, su desconfianza hacia las autoridades y policía, en medio de los movimientos de partidos políticos y las consabidas elecciones, en tanto la carestía de la vida se hace presente y el cambio climático golpea con la presencia de granizo, lluvias, inundaciones, Cuenca se mantiene hermosa e incólume y atrae al turismo y celebra su belleza sin igual. La ciudad que nos ha visto crecer, serena y pausada prepara el XIV Encuentro de Literatura y las diversas formas de cultura y expresión a través de las instituciones públicas y privadas. Homenajes a personajes ya fallecidos, Día de muertos, colada morada, desfiles conmemorativos de su independencia, se mezclan con las tradiciones importadas de Halloween  y demás actividades, todo ello para demostrar una urbe viva e intensamente amada. La ciudad de fuentes y flores que pelea por el agua, que se enorgullece de su morlaquía e invita a todos a habitarla. Así, en pocas palabras, va nuestro homenaje a esta tierra, sus migrantes, sus clases sociales, sus casas viejas, sus ríos y cerros y las realidades que vivimos en el día a día. ¡Que viva Cuenca! en su esfuerzo y constancia de sus habitantes, en su habla cantarina y coloquial y en su rebeldía por protegerla de la minería, el aislamiento, la corrupción y demás calamidades. (O)