Gracias Claudio

Caroline Avila Nieto @avilanieto

La gratitud y el dolor se funden en el corazón. Con la ausencia de Claudio Malo, perdimos a un académico generoso, a un motivador y entusiasta profesor. A un pensador y filósofo con sensibilidad profunda. A un maestro como pocos.  Al pensar en el legado de Claudio Malo nos remitimos obligadamente a la cultura y al rescate de la artesanía. Gracias a Claudio conocemos y apreciamos el arte de tantos pueblos en Latinoamérica y el mundo, su legado en el CIDAP es inconfundible.

Gracias a Claudio y otros académicos de la época, entre ellos Hernán Malo González, tenemos una alternativa en educación como es la Universidad del Azuay, una institución que nació con el pensamiento humanista, plural, para ser “sede de la razón”. Hoy la UDA, su Facultad de Diseño, el IERSE, la Escuela de Comunicación, le deben a Claudio y otros forjadores parte de esas cinco décadas formando personas.  Gracias a Claudio hablamos de antropología en la ciudad. Lo hacemos porque quienes compartimos sus clases, su entusiasmo y motivación, un día decidimos caminar por la sociología, la cultura, la comunicación, la política, el diseño y el arte, gracias a su inspiración.

Gracias a Claudio y otros defensores de la educación de los pueblos, se comienza a hablar de interculturalidad en educación en Ecuador. Sus esfuerzos, cuando fue Ministro en los años 80, dieron lugar a la creación de centros de educación pensando en las necesidades de poblaciones rurales cuya herencia cultural había que proteger y promover.  A minutos de la casa de mis padres, en el camino de Gualaquiza a El Pangui, en medio de enormes árboles de chontas y guayacanes está La Misión de Bomboiza con un colegio intercultural fundado en la época del Ministro Claudio Malo. Un remanso de paz dedicado a la enseñanza de niños y jóvenes con fuerte énfasis en el rescate y cuidado de sus costumbres y valores. Las visitas a mis padres tienen esa parada obligatoria y será un pretexto más para decir gracias Claudio. (O)