Dia Mundial de la Adopción

Iván Granda Molina

El 9 de noviembre de cada año se celebra el Día Mundial De la Adopción, en homenaje al acto legal, pero sobre todo de amor de adoptar y ser adoptado, de fundirse en el cuidado mutuo para compartir la vida.

Me parece oportuno contarles la historia de Marcelino: tiene 16 años, fue declarado en adoptabilidad a los 13, desde los 7 permaneció en una casa de acogida porque su padre falleció y su madre lo abandonó. En octubre de 2017 Marcelino conoció a Roberto García, médico cirujano que le colocó una prótesis que le permitió volver a caminar.    Roberto y su esposa decidieron adoptarlo y lo lograron en julio de 2020. Hoy vive en los Estados Unidos, país de residencia de sus padres, y es feliz.

Hoy 298 niñas, niños y adolescentescon declaratoria de adoptabilidad esperan ser parte de una familia, el 8% tiene entre 0 y 4 años, el 19% se encuentra entre 5 y 9 años, el 56% tienen entre 10 y 15 años, y, el 17% más de 16 años. El cuidado a los niños nos define como sociedades y la deuda con niños como Marcelino y tantos otros en situación de vulnerabilidad es enorme.

Pequeñas decisiones pueden lograr grandes cambios, pero la Asamblea Nacional no los ha considerado una prioridad. Desde hace más de tres años siguen pendientes las reformas para reducir plazos y fijar un tiempo máximo de respuesta para los jueces en este tipo de trámite.

De cuánto sirven los gritos destemplados, estridentes de asambleístas que dicen defender las causas de los niños, o las comisiones especiales de niñez de la Asamblea Nacional que en dos mandatos no han podido tramitar reformas urgentes para proteger a los niños que abrazan en sus campañas electorales.      

Hoy, Marcelino y su nueva familia, 2500 niños en acogimiento institucional, miles de personas llenas de amor que quieren adoptar, padres y madres que vivieron verdaderos viacrucis en sus trámites judiciales de adopciones y el país entero, les exigen otro comportamiento. (O)

Dia Mundial de la Adopción

Iván Granda Molina

El 9 de noviembre de cada año se celebra el Día Mundial De la Adopción, en homenaje al acto legal, pero sobre todo de amor de adoptar y ser adoptado, de fundirse en el cuidado mutuo para compartir la vida.

Me parece oportuno contarles la historia de Marcelino: tiene 16 años, fue declarado en adoptabilidad a los 13, desde los 7 permaneció en una casa de acogida porque su padre falleció y su madre lo abandonó. En octubre de 2017 Marcelino conoció a Roberto García, médico cirujano que le colocó una prótesis que le permitió volver a caminar.    Roberto y su esposa decidieron adoptarlo y lo lograron en julio de 2020. Hoy vive en los Estados Unidos, país de residencia de sus padres, y es feliz.

Hoy 298 niñas, niños y adolescentescon declaratoria de adoptabilidad esperan ser parte de una familia, el 8% tiene entre 0 y 4 años, el 19% se encuentra entre 5 y 9 años, el 56% tienen entre 10 y 15 años, y, el 17% más de 16 años. El cuidado a los niños nos define como sociedades y la deuda con niños como Marcelino y tantos otros en situación de vulnerabilidad es enorme.

Pequeñas decisiones pueden lograr grandes cambios, pero la Asamblea Nacional no los ha considerado una prioridad. Desde hace más de tres años siguen pendientes las reformas para reducir plazos y fijar un tiempo máximo de respuesta para los jueces en este tipo de trámite.

De cuánto sirven los gritos destemplados, estridentes de asambleístas que dicen defender las causas de los niños, o las comisiones especiales de niñez de la Asamblea Nacional que en dos mandatos no han podido tramitar reformas urgentes para proteger a los niños que abrazan en sus campañas electorales.      

Hoy, Marcelino y su nueva familia, 2500 niños en acogimiento institucional, miles de personas llenas de amor que quieren adoptar, padres y madres que vivieron verdaderos viacrucis en sus trámites judiciales de adopciones y el país entero, les exigen otro comportamiento. (O)