Si me permiten un consejo

Viviana Bernal Estrada

Faltan pocos días para la contienda política, el período electoral avanza conforme cada faceta, dejando de lejos el sentido de un esfuerzo político mancomunado para influir en la decisión de una población determinada por convertirse en una guerra desenfrenada de constante acción -reacción – consecuencia entre todas y todos los candidatos y en distintos niveles de intensidad.

El problema está en que este ataque recae sobre sus hijos, padres y cónyuges y es cuando me pregunto ¿Ellos nos representarán? La campaña debe ser considerada como un proceso de debate inteligente, de exigibilidad en términos de derechos, de propuestas progresistas, de transformación socio-cultural, de compromisos con el entorno y la madre tierra, en fin, evolución…

Los familiares ya cargan con una responsabilidad, claro, mucho más liviana que la de las y los contendientes, pero no menos importante, cada uno ama, cuida y se compromete a su manera; y, si me permiten un consejo, esta transición de protagonismo debe considerarse en la propuesta política como un ejercicio de alta sensibilidad y de cordura absoluta, el desafío en la palestra debe ser de “tú a tú” con la altivez que caracterice a un candidato, misma altivez que impida transgredir la coraza de aquellos indefensos. (O)