Boric llama a la unidad política tras desvelar estatua de expresidente Aylwin

El presidente de Chile, Gabriel Boric, descubrió hoy la estatua colocada frente al Palacio de la Moneda del expresidente Patricio Aylwin, considerado el padre de la transición chilena, acto que aprovechó para hacer una nuevo llamamiento a la unidad. EFE

El presidente chileno, Gabriel Boric, desveló este 30 noviembre de 2022 en el Palacio de La Moneda la estatua del exmandatario Patricio Aylwin, considerado el padre de la transición en Chile, acto que aprovechó para reivindicar las importantes reformas de pensiones y salud que ha propuesto y pedir a todos los partidos políticos que abandonen las trincheras.

En un pequeño discurso pronunciado ante todo el espectro de las fuerzas políticas y plagado de llamadas de atención y alusiones a la historia del republicanismo, el mandatario pidió que dejen de un lado la batalla ideológica y trabajen en pos «de un Chile en el que quepan todos».

Una patria fundamentada en el diálogo entre contrincantes y en favor del pueblo, en el que quepa la crítica consultiva y prime el beneficio de la gente como hizo Aylwin, primer presidente elegido de forma democrática tras el fin de la cruenta dictadura liderada por el general golpista Augusto Pinochet (1973-1989), explicó.

En este contexto, Boric -el primer mandatario que no forma parte de los dos bloques tradicionales de centro que han liderado Chile desde el retorno a la democracia en 1990-, aseguró que su padre, afín a la Democracia Cristiana, era el primero en criticarle por atacar la transición que lideró Aylwin y en retarle por no saber «priorizar», una de las virtudes que se le atribuyen al expresidente, que es una figura controvertida para ciertos historiadores, por su posición frente al golpe de Estado que derrocó el gobierno socialista de Salvador Allende.

«Efectivamente, esas palabras que, a través de mi padre, hoy día me las imagino, en nombre de don Patricio, retumban fuerte. Y desde esta tribuna quisiera aportar una breve reflexión al debate sobre lo posible en política», afirmó.

ABANDONAR LAS TRINCHERAS

Se «requiere de gobernantes dispuestos a la escucha, al diálogo y al entendimiento que trascienda al oficialismo y abarque a todos los sectores políticos y sociales. He dicho, y reitero, tomando esa enseñanza, que quiero ser el Presidente de todos los chilenos», subrayó.

«Y para el cumplimiento de este designo republicano, es necesario salir de las propias trincheras. Y quiero aprovechar esta instancia para invitar a todos y a todas a hacer lo mismo: al oficialismo, a la oposición, a la ciudadanía, a los sectores empresariales», recalcó.

Al hilo de este argumento, Boric subrayó que «tenemos por delante la tarea común, como la tuvo en su momento, con otros desafíos, el ex presidente Aylwin de construir un Chile donde quepan todas y todos. De eso se trata la Reforma Tributaria, la de Pensiones y la de Salud».

«Pero nuestro mandato, sabemos, no es solamente empujar las reformas, sino también lograr que se aprueben y para ello hay que construir puentes (…) eso requiere dialogar y tener la valentía de dialogar con quienes piensan distinto a uno, tejer acuerdos, restablecer las confianzas», añadió.

«Esa es la tremenda magnitud del desafío y la política debe estar a la altura. Hoy enfrentamos desafíos distintos, el descrédito de la democracia y la tentación de liderazgos facilitan un caudillismo que promueve caminos sin salida. No estamos exentos de eso. Los problemas de la democracia se resuelven con más democracia», concluyó.

PRIMER PRESIDENTE DEMOCRÁTICO TRAS LA DICTADURA

Aylwin (1918-2016)​ fue un abogado, jurista y político demócrata cristiano que presidió el Senado entre enero de 1971 y mayo de 1972, durante el mandato del depuesto Salvador Allende.

En 1989, tras perder Pinochet el plebiscito que él mismo convocó sobre su continuidad como jefe de Estado, lideró la candidatura de la Concertación de Partidos por la Democracia que ganó las elecciones un año después.

Durante su presidencia (1990-1994), en un periodo complejo en el país con Pinochet todavía como jefe del Ejército con enorme poder, afrontó la compleja misión de restablecer la democracia bajo la mirada vigilante de las Fuerzas Armadas.

Las nuevas generaciones le achacan, a este respecto, su tibieza con los militares, la aceptación de las leyes que facilitaban la impunidad y las lagunas de la Comisión Nacional de la Verdad y la Reconciliación, creada para esclarecer los crímenes contra los derechos humanos cometidos durante la dictadura. EFE