La influenza aviar

La alerta epidemiológica por la salud humana esta vez proviene de la influenza aviar cuyo rebrote desencadenó en la declaratoria de emergencia en Canadá, Colombia, Perú, México y, recientemente, en el Ecuador.

En esos y en otros países fueron identificadas infecciones en aves silvestres y en aves de corral.

En nuestro país, la carne de pollo es parte de la cotidianidad alimenticia de sus habitantes.

La crianza de esas aves es una alternativa económica para miles de familias, ni se diga para grandes empresarios avícolas.

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los casos relacionados con la gripe aviar en humanos son poco frecuentes.

Empero, eso no significa cruzarse de manos. Los “patógenos emergentes” pueden poner en riesgo la salud pública. Y contenerlos mediante el reforzamiento de la coordinación entre países, sugirió la OPS.

En ese contexto, el Ministerio de Agricultura y Ganadería declaró la emergencia zoosanitaria por 90 días desde el pasado 29 de noviembre.

En esa fecha se reportaron casos de influenza en una granja avícola en la provincia de Cotopaxi.

Asimismo, el Ministerio de Salud activó protocolos de vigilancia y seguimiento a quienes laboran en ese tipo de granjas.

De acuerdo a expertos, el virus no afecta a los humanos; o las posibilidades son mínimas.

Eso último también lo expresó la Organización Mundial de la Salud. “Cuando han ocurrido, estos virus no se han diseminado fácilmente de persona a persona”, informó la OMS.

Para el epidemiólogo y docente universitario, Alberto Narváez, el referido virus es poco eficiente para infectar a humanos; pero reconoce su alta capacidad de mutación y de tornarse más agresivo. El continuo monitoreo es necesario.

Según el Reglamento Sanitario Internacional, las infecciones humanas causadas por un nuevo subtipo de virus de influenza deben notificarse de manera obligatoria e inmediata.

Lo habrán tomado en cuenta las autoridades sanitarias del Ecuador.