Sin solución el IESS

Edgar Pesántez Torres

Hay enfermedades, entre ellas cancerígenas, que hasta hace poco fueron incurables, pero que, el desarrollo de la ciencia y la voluntad de los hombres, han sido derrotados o al menos menguados. Ergo, todo se puede con voluntad, esfuerzo y razón; por eso decía Kant que para la razón pura lo único siempre bueno es la buena voluntad, es querer hacer el bien: la disposición racional y voluntaria a realizar, siempre conforme al deber y el respeto al deber mismo.

No obstante, cuando el poder y el dinero desvanecen a los políticos y funcionarios públicos, nada es posible y todo se va al carajo. Así ha pasado con instituciones del Estado, particularmente con las amasan y reparten dinero y cargos. Pruebas al canto: el Instituto Ecuatoriano del Seguro Social -IESS-, que a poco de ser creada fue capitalizando dinero y transmutándose en un caudal para políticos y ganzúas.

Oficinas administrativas y hospitales fueron entregados a gente de poca capacidad y nula sensibilidad, cuya misión fue cumplir órdenes superiores y ser partícipe del festín. Se llegó a la sima con el prófugo Ramiro González, en el desgobierno del todos conocido. Si bien se tuvo el acierto de desconcentrar la atención de salud, con este individuo se acentuó las coimas, chantajes, amenazas; se colocó a burócratas y auditores sin escrúpulos; y, se enriqueció a parientes y amigos.

Hubo excepciones de autoridades que en plena pandemia dieron muestras de solvencia administrativa y moral, como el caso del ex Director Médico del Hospital del José Carrasco Arteaga, doctor Luis Mario Maldonado, a quién, por sus ejecutorias, desde diferentes frentes se solicitó continúe en su cargo o lo asciendan a otro de mayor responsabilidad; pero, la honradez y eficiencia no convenía a los truhanes.    

Las cosas han empeorado, al punto que organizaciones sociales como el Observatorio de Enfermedades Catastróficas protesta por la falta de medicinas, de atención a los pacientes y las deudas a los prestadores, que venían cumpliendo una excelente desconcentración. En vista de ello, solicitan la remoción de las máximas autoridades del IESS y de su Hospital.

Al margen de los cuestionamientos puntuales que se hacen, es de resaltar el trabajo diligente, con ponderación y rechazo a las recompensas por parte del Coordinador de Prestaciones de, doctor Carlos Abambari, quien, a pesar del centralismo absorbente, cumple una buena función. Es otra persona que debería tomarse en cuenta para funciones de mayor envergadura.  (O)