Narcopeste

Aurelio Maldonado

En la década del 20 al 30, Chicago especialmente y EEUU en general, vivían un verdadero periodo de violencia y crímenes sin parangón. Al Capone o cara cortada, por sus cicatrices en la mejilla producto de navajazos, se distinguía dentro de la mafia y la banda de asesinos que delinquían contra las leyes del control del alcohol y sus tentáculos enormes y diferentes en prostitución, bares y muchos negocios satélites, que, por la misma prohibición, se volvieron muy lucrativos. Los crímenes y su sadismo desbordaban todos los límites de la razón. Asesinados y colgados de ganchos de carnicero, acribillados con decenas de metralla y muestras que intentaban producir pánico lográndolo, era pan del día. Un grupo de policías capitaneado por Eliot Nets a los que llamaban los intocables, intentaban acabar con aquel cáncer y actuaban también con la más notable violencia en contra de los mafiosos, pero luego de mucha lucha lograron eliminar o disminuir la acción delictiva.
El Ecuador hoy vive similar circunstancia y esta vez con algo mucho más adictivo y cruel que es la droga, en especial la cocaína. Mucho se dice y sabemos bien, que la asociación corrupta y mafiosas del gobierno de Correa y las pandillas con las que se fotografiaba sonriente, crecieron con muchos cabecillas tan celebres ya como Capone. Guayaquil, la mayor cuidad ecuatoriana y ayudada por la pobreza que en sus guasmos y barrios periféricos florece, es la víctima diaria de imágenes de atroces sicariatos, que van teniendo una conducta calcada, pues se acercan motociclistas armados de metralletas y licúan a la víctima en su auto, sin importar que se encuentre con su mujer o hijos, cosa que no tiene ningún significado para los maleantes que escapan con facilidad para seguir en sus trafasías o si son apresados, lideran sus huestes desde la cárcel, reductos donde la droga y su dinero compra todo e incluso libertad y cuando existen reyertas, dada la enorme malicia de los mafiosos, se enfrentan logrando matarse por decenas. Mientras esta peste de la droga que todo lo contamina y sigan existiendo Correas y sus negocios con las FARC y otras tantas agrupaciones mafiosas, el Ecuador nunca logrará salir del agujero negro que nos asfixia. Difícil encontrar un Nets que termine con esta plaga, única manera de salir de la corrupción que se vuelve común en gobierno, Asamblea y organismos de poder. Pobre la valiente fiscal Dra Diana Salazar, que se encuentra tratando de luchar con todas sus fuerzas, con escasas ayudas de otras instituciones. (O)