Portoviejo transformado

Gonzalo Clavijo Campos

Las urbes ecuatorianas  crecieron rápidamente en los últimos 30 años, pudiendo mejorar su infraestructura vial, equipamientos y servicios básicos. Penosamente la capital manabita era la excepción, anclada al pasado, por pésimas administraciones municipales, dispendio constante de los recursos financieros a pesar de contar con inmensas potencialidades y riqueza natural: clima, vegetación, agricultura, ganadería, pesca, playas, gente bondadosa y trabajadora, mujeres hermosas.

Para quienes retornan a Portoviejo luego de ocho años, seguro tendrán una grata impresión al encontrar una urbe ordenada, renovada y bella, calles y avenidas espaciosas, servicios básicos con mayor cobertura y calidad, mercados limpios y funcionales, parques bien planificados que son visitados por millares como Las Vegas, el Forestal, la Rotonda, el Jardín Botánico.

Las Vegas está ubicado sobre la margen derecha del Río Portoviejo con 10,7 hectáreas, convertido rápidamente en un escenario de la vida pública, un punto de encuentro y de celebración cultural.  Posee un imponente teatro al aire libre, con un estilo grecorromano, una glorieta, y locales comerciales. Con acceso peatonal, ciclista, y vehicular, potenciada con el circuito de senderos. Curiosamente uno de los principales proyectistas es el cuencano Gustavo González, reconocido  profesional de la arquitectura y el paisaje.

¿Quién es el protagonista de tan gigante transformación? Sin duda su burgomaestre desde mayo del 2014, el Dr. Agustín Casanova Cedeño, ejecutivo y visionario que respaldado de un equipo altamente profesional inicio la maratónica tarea primero de recuperar la autoestima del portovejense, con un municipio sin horizonte, sin visión de futuro. Desarrolló una planificación estratégica con participación social y clara visión de futuro, creando institucionalidad y pronto las obras se fueron concretando, al conseguir la participación de expertos internacionales y créditos blandos.

Con gran apoyo ciudadano pudo hacer frente al desbastador terremoto, que asoló esta ciudad en abril de 2016, a los dos años de pandemia y al exiguo apoyo de “malos gobiernos” como el alcalde los califica  a las administraciones de Lenin Moreno y  Guillermo Lasso. (O)