El cardenal de Nicaragua pide reconciliación ante leyes que se desvirtúan

Tegucigalpa.- El cardenal de Nicaragua, Leopoldo Brenes, pidió este domingo perdón y reconciliación ante las leyes que se desvirtúan, dos días después de que el Gobierno de su país publicó una reforma a la Constitución para despojar de la nacionalidad a los opositores sentenciados por delitos considerados “traición a la patria».

“Si las leyes se han ido desvirtuando, si hoy tenemos situaciones totalmente distintas al pensamiento de Dios, el Señor nos llama a eso, y qué hermoso ¿verdad?: El perdón, reconcíliate con tu hermano”, dijo el purpurado, durante la misa dominical celebrada en la Catedral de Managua y que fue transmitida en redes sociales.

La decisión de la reforma constitucional fue anunciada por el presidente Daniel Ortega el jueves pasado, luego de que su Gobierno expulsó hacia Estados Unidos a 222 nicaragüenses críticos de su administración y considerados “presos políticos”, que llevaban encarcelados entre 1.680 y 29 días, por delitos considerados “traición a la patria”.

Brenes apeló al evangelio del día (Mateo: 5: 17-37), para cuestionar sobre el trasfondo de las leyes en una sociedad desde el punto de vista cristiano.

“Una frase tan bonita que nos decía el Señor al comienzo es: Yo no he venido a anular la ley, sino a darle el cumplimiento, pero, ¿dónde está el cumplimiento de la ley que el Señor nos propone, sino de una actitud de un cambio total?”, señaló el religioso.

Según el Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas de Nicaragua, cuyos datos son avalados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), tras la excarcelación de 222 capturados en el marco de la crisis sociopolítica local, todavía quedan 39 “presos políticos”, incluyendo el obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, ambas en el norte de Nicaragua, Rolando Álvarez.

IGLESIA CONTRA CORRIENTE

El cardenal mantuvo su silencio sobre el caso de Álvarez que, tras negarse a ser expulsado de su país el jueves, fue condenado a 26 años de prisión, despojado de su ciudadanía y trasladado de su arresto domiciliario a la cárcel conocida como La Modelo, el mayor centro penitenciario de Nicaragua.

Quien sí hizo referencia al obispo fue el papa Francisco, desde el Vaticano.

“No puedo dejar de recordar con preocupación al obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, a quien tanto quiero, condenado a 26 años de cárcel, y también a las personas que han sido deportadas a los Estados Unidos, rezo por ellos y por todos los que sufren en esa querida nación y les pido sus oraciones”, dijo Francisco, frente a una multitud reunida en la Plaza de San Pedro para la bendición dominical.

Brenes, quien ya advirtió que la iglesia católica es perseguida en Nicaragua, y que ha sido criticado por los opositores debido a su silencio sobre algunos ataques contra templos y religiosos sufridos en los últimos años, afirmó que la institución no siempre tiene un camino fácil.

“Muchas veces la Iglesia puede ir navegando contra corriente, porque ¿cuál es el pensamiento del mundo? Puede ser la violencia, puede ser la guerra”, sostuvo el cardenal de Nicaragua, un país cuyo presidente mostró su apoyo a la invasión de Rusia en Ucrania.

Las relaciones entre la iglesia católica y Ortega nunca han sido cercanas. En 2018, el Gobierno sandinista expulsó de Nicaragua a un sacerdote colombiano y uno salvadoreño. En 2022, el turno fue para el nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag y 18 monjas de la orden Misioneras de la Caridad, fundada por la Madre Teresa de Calcuta.

El año pasado también cerró 9 estaciones de radio católicas y sacado de la programación de la televisión por suscripción a 3 canales católicos, aparte de impedir procesiones y romerías.

La comunidad católica representa un 58,5 % de los 6,6 millones de habitantes de Nicaragua, según el último censo nacional. EFE