Desmadre

Santiago León

Es lo que se vivió en el feriado de Carnaval. En esos días de descanso el pudor se destapó y se dio rienda suelta al libertinaje. Lo que pasó en Salinas no es nuevo. Es más, se repitió en algunas ciudades. En Macas, por ejemplo, lanzaron un carro Twingo a una piscina. ¡Todo un desmadre!

Es que cada feriado nos deja historias parecidas. Acuérdese cuando se levantaron las restricciones por la pandemia. Los días de Carnaval se los vivieron al máximo. Cuerpos de hombres y mujeres, arrastrándose como zombis por la playa, daban cuenta del exceso que se vivió.

¡Algo pasa como sociedad! No solo en Carnaval ocurren estos hechos. Recuerde, mi amigo, cuando quedó campeón un equipo del astillero. Caravanas motorizadas con mujeres haciendo toples, fueron escenas que se hicieron virales. O tal vez, las ceremonias mortuorias con disparos al aire y chicas bailando semidesnudas encima de los féretros de los ladrones asesinados, erizan la piel.

Y ni hablar si un carro lleno de mercadería sufre un accidente. Lo primero que se les ocurre a ciertos sinvergüenzas es llevarse todo lo que pueden. No hay una pizca de empatía con los accidentados. Solo interesa la “viveza”. O peor aún. Las movilizaciones se han convertido en sinónimo de atraco. No puede ser posible que cuando el pueblo rechaza las políticas de un gobierno, se aproveche para desvalijar los comercios. ¿Quién responde por eso? Nadie. Acá parece que nos limpiamos con la ley.

Cada vez que escuchamos feriado, algo ocurre en nuestro torrente sanguíneo. El cerebro solo piensa en el desenfreno. Las pupilas se dilatan. Predisponemos la billetera para lle- var todo del supermercado que “chume” la cabeza. ¿Igual, que puede pasar? Chulla vida es la que tenemos.

En semanas más tendremos un nuevo feriado. Veamos que historias tendremos que contar. Ojalá que no sean de despelotes en la vía pública o gente saltando encima de los carros como orangutanes. (O)