“Bocas sobrantes” y “comida sobrante”

Hernán Deleg Pacheco

Podría parecer que se trata de “dos cosas incompatibles”. Una de dos; o en el mundo existen “bocas en exceso” y falta alimentos o de lo contrario hay exceso de comida y falta quien la coma. La lógica de la sociedad consumista es que los productos básicos se van reduciendo, mientras que los excedentes crecen.

En vez de entregar los excedentes a los hambrientos, en muchas ocasiones los productos se destruyen lisa y llanamente en varios países llamados del primer mundo. Según la FAO sufren hambre crónica alrededor de 193 millones en un mundo donde hay comida.

Los neo malthusianos no hacen más que gastar saliva, según ellos los recursos alimenticios no crecen con la misma velocidad que la población; y también hay un hambre común no solo de pan, sino también de carbón, de hierro, de bosques maderables…a pesar de que se habla mucho del agotamiento de las reservas naturales, pero no se habla por aquellos de la expoliación de las riquezas naturales ha asumido allí carácter catastrófico y dimensiones de plaga.

Las riquezas de la tierra son ilimitadas, siempre y cuando se les aprecie y se las cuide. Las riquezas no residen en el carbón, en el petróleo y en el hierro. Lo que nos rodea, agua aire, la luz solar, la arena y la arcilla, constituyen bienes cuyo valor son más elevados, cuanto mejor sepamos conservarlos.

Los yacimientos, que se explotan en el mundo no son otra cosa que la luz captada y conservada por la misma naturaleza. Haciendo uso de estas reservas los hombres queman anualmente mil quinientos billones de toneladas de carbón y trescientos billones de toneladas de petróleo. Estas operaciones nos dan cinco billones de toneladas de anhídrido carbónico (CO2) ¡Hacia donde se va este! A los vegetales que lo descomponen.