Dr. J Guillermo Aguilar Maldonado

Eduardo Sánchez Sánchez

Cuenca se ha distinguido por contar entre sus hijos, con valiosos ciudadanos que  han enaltecido el nombre de esta noble Tierra; con su bien actuar, probidad, ética y moral, servicios a la sociedad, humanismo médico, servidor público, Maestro Universitario, articulista en El Mercurio, cruz rojista, Hombre de letras y autor de innúmeros libros, investigador,  dueño de una hoja de vida fructífera, noble por su estirpe y actuar, Primer Director del Hospital de IESS, donde sembró humanismo, ciencia, disciplina y honradez. Acreedor a múltiples reconocimientos de su dilatada y noble gestión en beneficio de la sociedad como las condecoraciones: “Timoleón Carrera C”, “Municipalidad de Cuenca”, “Vicente Rocafuerte” del Congreso Nacional, entre un mar de justas distinciones.

La muerte se nos lleva al Caballero y Amigo de infinita bondad, al galeno de corte clásico, quien supo honrar su nombre con una actitud vertical que la utilizó en su vida privada y pública, dejando una escuela de acervo profundo, de compartir su saber, de estrechar su mano con firmeza, de sonreír a la vida, de su fina conversación enciclopédica.

Ciencia, trabajo, honradez y moral, gran legado a la sociedad en su paso terrenal, mientras un dolor insondable fruto de una pena eterna la sentimos quienes privilegiadamente lo conocimos. Su nombre y accionar, está impregnado para el presente y el futuro de nuestra sociedad, así como en el Museo de la Medicina, que como un justo reconocimiento lleva su distinguido Nombre. Mis mil limitaciones me impiden describir cercanamente al extraordinario personaje que ha partido, dejando dolor en esta vacío de ausencia y un cúmulo de gratos recuerdos en todas las facetas de su vida, inolvidable el Prioste mayor de la pasada navideña de la Tía Lulú.

Llegue a su querida esposa, Doña Lulú Torres O de Aguilar y a toda su distinguida familia, un abrazo fraterno y solidario en esta aciaga hora, en que el epilogo material elevó el nombre y el espíritu de un ser noble, al mundo de la luz, la paz y la eternidad. (O)