Juicio político

Luis Ochoa Maldonado

En eventos magnos se muestran los arrestos patrióticos del Gobernante como de sus Fiscalizadores, cuando los devaneos se notan a leguas de denunciantes a medias y de intereses protervos, acusación vertida desde las corrientes enfrentadas, que tarde o temprano se conocerán en su dimensión y más en medio de un juico en ciernes al Presidente Lasso, que avanza en etapas previas, que, con 104 votos de asambleístas, que supera los dos tercios del parlamento   aprobaron el informe de la comisión especial, para precisamente iniciar el proceso de presentación de la acusación específica, con el apoyo de un tercio de legisladores a la Corte Constitucional para que dirima o no sobre su admisibilidad.

Ahí estamos. Entre discusiones del gobierno que considera al informe un mamotreto, y el grueso de la asamblea que con su pronunciamiento avala dicho informe como comprometedor a la figura del Primer Mandatario, en el medio un pueblo expectante de la acusación pulida y adecuada a las formas y al contenido para su tratamiento, acciones que necesariamente se desplegaran en estos días. Es de esperar que cualquier salida que se observe a esta realidad política nacional, siga de manera rigurosa a la norma constitucional, que contempla al juicio político como una verdadera tarea legislativa para demostrar o refutar los fundamentos expuestos por los acusadores/as. 

En una democracia es auspicioso el debate sobre aspectos claramente reglados en la carta magna, que permite avanzar en una confrontación áspera pero leal con las aspiraciones ciudadanas. No es suficiente decir que los legisladores son conspiradores o que por su baja popularidad no están en la capacidad de interpelar al Presidente, que a la vez tiene en foro abierto para demostrar las bondades de su régimen en la atención de los grandes problemas nacionales como la inseguridad en incremento y la falencia de los servicios básicos en salud, educación y vialidad, para enumerar a los más urgentes de ser atendidos como prioridad para la supervivencia particular en Carondelet  y de su partido en la arena política, de la que tenemos varios ejemplos mostrados a la luz en la última elección. (O)