Reactivar la economía y la tensión con EEUU, desafíos del nuevo equipo de Xi

China concluyó hoy 13 de marzo de 2023 su Asamblea Nacional Popular (ANP, Legislativo) en la que Xi Jinping revalidó su mandato presidencial otros cinco años con un nuevo Ejecutivo que deberá reactivar la economía y gestionar las tensiones con Estados Unidos.

Los casi 3.000 delegados que se dieron cita en este evento anual, en el que es altamente infrecuente que se plantee oposición a las medidas presentadas, aprobaron unánimemente la continuidad de Xi al frente del Estado y de la Comisión Militar Central, cargo que equivale al de jefe de las Fuerzas Armadas del país.

Xi, de 69 años, ya revalidó el pasado octubre su puesto como secretario general del gobernante Partido Comunista (PCCh), con lo que refuerza así su control absoluto sobre los tres pilares del régimen: el Estado, el Partido y el Ejército.

La continuidad de Xi no estaba en entredicho, pero sí había expectación sobre quiénes pasarían a administrar el Ejecutivo y los principales órganos estatales: la presidencia de la propia ANP fue a parar a manos de Zhao Leji, aliado cercano al mandatario, mientras que Wang Huning, considerado el máximo ideólogo del PCCh actual, logró la jefatura del principal órgano consultivo del país.

Otros próximos a Xi, como Ding Xuexiang y Han Zheng, fueron nombrados vice primer ministro y vicepresidente, respectivamente, a lo que hay que sumar la designación como primer ministro -se sabía de antemano- de Li Qiang, número dos del PCCh, quien debutó hoy ante la prensa con promesas de más apertura al exterior y de un mejor entorno para las empresas privadas.

REANIMAR LA ECONOMÍA

Reactivar la economía china, maltrecha por la burbuja inmobiliaria, amenazada por el declive demográfico y con un consumo gripado como consecuencia de los tres años de aislamiento por la extinta política del cero covid, será el gran desafío de Li para el próximo quinquenio.

En su comparecencia, en la que las preguntas estaban pactadas con antelación, el nuevo ‘premier’ reconoció que China deberá «redoblar esfuerzos» para alcanzar el objetivo de crecimiento fijado durante esta ANP, de «alrededor del 5 %» para 2023, en un momento de «incertidumbre» e «inestabilidad«, dijo, y después de que varios sectores, como el tecnológico o el educativo, afrontaran regulaciones e investigaciones durante los últimos años.

Li agregó que el país tratará de «garantizar que el crecimiento, el empleo y los precios se mantienen estables» y de «avanzar en el desarrollo de alta calidad», y presumió de que China está respaldada por «múltiples ventajas», como «un gran mercado, un sistema industrial completo, recursos humanos abundantes, una base sólida para el desarrollo y una gran fortaleza institucional».

Al margen, la ANP decidió mantener, como muestra de esa pregonada estabilidad, a Yi Gang como gobernador del Banco Central y a Liu Kun como ministro de Finanzas pese a que ambos sobrepasan los 65 años.

La cita anual también aprobó la creación de un nuevo organismo de regulación financiera y de una oficina nacional de datos, una reforma del Ministerio de Ciencia y Tecnología o un recorte del 5 % en el personal del Gobierno central.

ESTADOS UNIDOS, PRIORIDAD

La tensa relación entre Washington y Pekín marcará las pautas del nuevo Ejecutivo chino, si bien Li argumentó hoy que «el desacople entre ambos no interesa a nadie».

Por su parte, Xi pidió en su discurso de clausura «trabajar para lograr una mayor autosuficiencia tecnológica» en respuesta a las medidas tomadas por varios países, especialmente EEUU, que según Pekín buscan dificultar su acceso a componentes de alto valor añadido.

«Occidente, encabezado por EEUU, ha implementado una contención integral para reprimir a China», aseveró el líder chino durante una de las reuniones internas mantenidas durante esta última semana.

Asimismo, Xi exigió hoy al Ejército chino que se convierta en «una gran muralla de acero» que proteja «la estabilidad y el desarrollo» del país después de que la ANP anunciase un aumento del gasto de Defensa al 7,2 % este año.

Entre los nombramientos de la cita anual destaca que la cartera de Defensa haya ido a parar al general Li Shangfu, quien fue sancionado en 2018 precisamente por Estados Unidos tras comprar armamento a la empresa estatal rusa Rosoboronexport.

La ANP supuso también el debut público del nuevo ministro de Exteriores, Qin Gang, quien advirtió de que las relaciones con EEUU pueden «descarrilar» si Washington «no pisa el freno», además de defender que China practicará un «multilateralismo real» en su búsqueda de nuevos aliados en el llamado «Sur Global».

Y de fondo, pero siempre presente, la cuestión de Taiwán, isla autogobernada que Pekín reclama.

Xi proclamó hoy que la «reunificación» es «esencial» para la modernización de China, y subrayó que Pekín se opondrá a las «fuerzas externas» y a los «secesionistas» que intenten declarar una hipotética independencia de la isla.

Las tensiones entre Taipéi y Pekín se recrudecieron el pasado verano a cuenta de la visita de la entonces presidenta del Congreso estadounidense, Nancy Pelosi, fuertemente protestada por las autoridades chinas. EFE