“Veni, vidi, vici”

Edgar Pesántez Torres

Se le atribuye a Julio César, general y cónsul romano, pero además político y escritor (pilar fundamental de la literatura romana), haber pronunciado esta locución latina, que traducida al castellano dice relación a “Vine, vi, vencí”: rapidez con la que se ha hecho algo con éxito, que en el caso de quien se creía el llamado a salvar Roma, proclamaba la victoria al Senado que representaba el grupo más poderoso de la República; eran eruditos representantes del pueblo, en contraste a los de acá, ignaros comediantes de mercado.

Está frase también cala para algunas autoridades de este país; pues, cuando apenas suben al poder, desde el presidente hasta los empleados de segunda, pasando por ministros y subsecretarios, hacen recorridos por las provincias disqué para escuchar las necesidades, observar las obras y diagnosticar es estado de cosas. Esto se ha dado especialmente en asuntos de vialidad y de salud, para ejemplificar nada más, cuyos mandos han recorridos los anillos viales y los hospitales de la provincia.

A poco de asumido el nuevo gobierno, el vicepresidente encargado de la salud visitó los principales hospitales del país, declarando haber encontrado cuantiosas deficiencias que serían solucionadas a corto tiempo. Las mismas huellas siguieron otras autoridades, como las de vialidad. Todos se encasillaron en el “Veni, vidi y NO vici”, ya que la situación en estos aspectos sigue iguales o peores.  

Ahora el turo fue para el doctor Richard Gómez, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, la sazón vocal del Consejo Directivo del IESS, cuya elección ha sido cuestionada por el Frente Unitario de Trabajadores. A inicios del mes recorrió las instalaciones del Hospital José Carrasco Arteaga y sus primeras declaraciones fueron las mismas de otros ilustres observadores, como la del doctor Alfredo Borrero.

Por tanto, es ocioso repetir lo que dijo el directivo sobre las deficiencias que encontró en esta casa de salud, empero es pertinente hacerle coro a su postura en contra la centralización y la privatización del IESS. Nada dijo sobre la deuda del IESS y las irregularidades cometidas en la Dirección General y las regionales, en donde debe haber auditorías.

Las atribuciones de los vocales del IESS son similares a los asambleístas, es decir de fiscalizar y legislar y no usar sus funciones para la coerción y el chantaje. No es su función gestionar cargos directivos ni escoger personal burocrático, como se dio con sus predecesores, a quienes también se los debe examinar. (O)