Paccha en la independencia

Tito Astudillo y A.

Ya casi es un lugar común y va, paulatinamente, haciendo cuerpo en el imaginario popular la necesidad reescribir nuestra historia y da gusto ver cómo, desde lo local, de la mano de prolijos historiadores de la región, muchos pueblos están inmersos en este proceso de reencuentro con su pasado como certera alternativa de identidad, pilar fundamental del desarrollo.

Bolívar Cárdenas Espinoza, nos entrega un nuevo libro con esta orientación, “Paccha un pueblo con historia”, resultado de un largo y minucioso proceso investigativo que culmina con una bien documentada semblanza de este pueblo, tan o más antiguo que la misma Cuenca, cuyos orígenes se remontan a la época cañari y a la dominación incásica, trasciende a la Colonia y se involucra en el proceso independentista del Tres de noviembre de 1820 que lideró José María Vázquez de Noboa. Paccha participó con su delegado, José Ochoa de la Berna y Serrano, en el Consejo de la Sanción del 12 de noviembre del mismo año, selecto grupo de patriotas que debía redactar la Constitución de la naciente República de Cuenca, documento que quedó insubsistente luego de la funesta derrota de los patriotas en la batalla de Verdeloma del 20 de diciembre de 1820. Esta parroquia, además de participar con su delegado en el Consejo de la Sanción, contribuyó también con combatientes, dinero, acémilas, alimentos y otros apoyos, para la gesta revolucionaria de noviembre en Cuenca y en las faldas del Pichincha después.

Este libro también cuenta, con sus respectivos respaldos bibliográficos, que cuando Sucre se encontraba en Cuenca preparando su ejército para marchar sobre las fuerzas realistas de Quito solicitó, entre otros, al pueblo de Paccha, el envío de mano de obra indígena, para levantar campamentos para las tropas que seguían llegando para engrosar filas del ejército libertador. En fin, un libro para leer, aprender y sentir la historia. (O)