“Corredores” judiciales

Juan F. Castanier Muñoz

El término “corredor” se puede utilizar para nombrar a un atleta, a un piloto de autos de carrera, a un intermediario en la venta de seguros, al pasillo de una casa, etc, y también se lo utiliza para denominar a regiones con características similares, como por ejemplo, el “corredor” de los volcanes, el “corredor” amazónico. Dadas las condiciones de ciertas resoluciones judiciales, podríamos establecer una especie de “corredores” judiciales en el país, es decir, oficinas en las cuales administran justicia determinados funcionarios cuyas conocidas ejecutorias, rayan entre la ignorancia de las leyes y una evidente inmoralidad.

Nuestro recorrido podría iniciar por Manglaralto, donde laboraba el juez Diego Moscoso, quién dictó la primera orden de libertad para Jorge Glas y por la misma que fue destituido posteriormente. Visitaríamos luego al juez Banny Molina en Portoviejo, sometido a un sumario administrativo y quién dictó la segunda orden de libertad para Glas. Aprovecharíamos nuestra estancia en Manabí para ubicar, en Pajan, las oficinas donde el juez Simón García Tello, resolvió la libertad de Daniel Salcedo Bonilla en diciembre del 2022, estando sentenciado a 13 años de prisión. Pasaríamos por Santo Domingo de Los Tsáchilas conociendo al célebre juez Emerson Curipallo quién, además de dictar la última y definitiva libertad para Glas, el 28 de noviembre del 2022, dictó en el plazo de un mes 12 prelibertades más a una serie de “angelitos”.

Ambato podría ser nuestro próximo destino, donde el juez Galo Rodríguez ordenó la prelibertad, antes de hora, del inefable Alexis Mera, el 27 de enero del presente año. Asimismo, el 14 de febrero del 2023, Junior Roldán, el número dos de Los Choneros, condenado a 27 años de cárcel y con más de 20 procesos en su contra, obtuvo el dictamen abstentivo del fiscal de Daule, Julio Sánchez, para que más tarde el juez Jorge Aldás Macías, de Guayaquil, dictara la resolución de prelibertad. Cerraríamos temporalmente el periplo con el juez Eleuterio Aguilar de Balsas, El Oro, quién acaba de ordenar que a Glas se le devuelvan los sueldos no cobrados mientras se encontraba preso.  (O)