Arruine su reputación con estos sencillos pasos

Santiago León

Querido amigo, si tiene una empresa y está deseoso en dañar su imagen, le invito a que tome asiento unos minutos y mire cómo puede acabar con ella. Empecemos. Hace algunos meses a la administración municipal saliente se le ocurrió que, para “prevenir” los miles de accidentes de tránsito en Cuenca, sería una buena idea lanzar un proceso para contratar unos modernos equipos que capten en fotografía el instante en que un conductor comete una infracción de tránsito. ¡Wow!

Pero los ciudadanos nos preguntábamos. ¿Si ya existen otros equipos similares, para qué colocar más? Eso, a los que se van en pocas semanas, les importó un bledo. O más bien sí les “preocupó”; por ello, decidieron instalar más.

Mientras pasaban las semanas y las campañas electorales iban y venían, aparecieron de manera mágica unas modernas cámaras que toman fotos a un precio de USD 135. Sí, no crea que es gratis salir en esa foto. Hoy en día, todo tiene un costo. Mejor dicho, ¡whisky!

Me he emocionado un poco. En fin, retomemos la guía para hundir la reputación de una empresa. Paso 1: Concurse por un contrato con documentos truchos. Pretenda tener la experiencia necesaria para calificar en la oferta. Paso 2: Nunca asome las narices cuando la ciudadanía y la prensa necesite información. Paso 3: En campaña electoral apague los dispositivos, y si pierde su candidato, vuélvalos a encenderlos de inmediato. Paso 4: Pídale a uno de sus socios que maneje salvajemente por la ciudad y que se baje por cualquier escalinata. Y paso 5. Convoque a una improvisada rueda de prensa sin estrategia y hable piedras con confianza.

Siga estos pasos a raja tabla y verá cómo la imagen se va por los suelos. Ah, y por cierto. Diga también que su filosofía empresarial no es cobrar multas. Dele la vuelta y haga ver que se preocupan por la seguridad de los cuencanos. Haga la prueba y luego me cuenta. (O)