Clima y agricultura

Nicanor Merchán Luco

En Ecuador, al igual que en el resto del mundo, pocos se han preocupado del clima afectado por el cambio climático; hoy los ciclos de lluvia han cambiado, un día hay sol y otro una tempestad y los agricultores no saben o no entienden cuándo sembrar, cuándo desherbar o, peor, si es que la cosecha será productiva. Nunca se han acordado asuntos concretos a favor de la agricultura. Los fenómenos atmosféricos son tan variables por lo que los agricultores pagan las consecuencias en el campo; por el exceso o falta de lluvia, pierden su productividad y este asoma ya como un problema mundial.

Por la pérdida de las cosechas, los alimentos empiezan a escasear, la agroindustria comienza a tener un balance negativo a consecuencia del cambio climático, por lo que la agricultura y la seguridad alimentaria entiendo que será el tema central de las próximas conferencias climáticas auspiciadas por la ONU, la que se deberá considerar para impulsar la transformación de los sistemas de cultivo y también para exigir compensaciones para los países en vías de desarrollo.

Por las sequías e inundaciones ahora es básico asegurar el suministro de alimentos, ayudar en las compensaciones sobre todo a los campesinos que pierden y que tienen que utilizar nuevas estrategias. Las autoridades agrícolas, como ministros o prefectos o aquellos que tienen capacidad política de decisión, están en la obligación de prestar más atención a estos sectores para que la producción y rentabilidad del agro no se pierdan. Ante el cambio climático, los agricultores asoman como una población indefensa, sufren penalidades y desastres y su economía se vuelve más precaria. La seguridad alimentaria y la agricultura asoman como preponderantes en estos tiempos. (O)