Debut nada auspicioso

Juan F. Castanier Muñoz

La designación de altos funcionarios públicos concita el interés ciudadano y ni se diga si se trata de funcionarios cuya labor tiene que ver con instancias de control. De alguna manera, la comunidad está atenta a ver si estas designaciones apuntan en el sentido correcto y si las personas escogidas, desde el punto de vista de sus méritos y trayectoria, responden a las aspiraciones ciudadanas.

La designación del nuevo presidente del Consejo de la Judicatura, organismo de control y disciplina de la función judicial, no podía pasar entonces desapercibida, habida cuenta, más aún, de la proliferación de magistrados prestos a las triquiñuelas más bajas y contrarias a una administración de justicia proba e imparcial. El Consejo de Participación Ciudadana y Control Social designó al doctor Wilman Terán como presidente del Consejo de la Judicatura y, lamentablemente, sus acciones iniciales no ofrecen señales positivas. Para empezar, según las declaraciones de la Fiscal General, quiere echar abajo un proceso en marcha para renovar a los Fiscales Provinciales, proceso que se encontraba llevando a cabo la propia Fiscalía y que apuntaría ahora a que sea el Consejo de la Judicatura el que “reparta los naipes” en tan delicado proceso.

Luego, plantea una acción de protección contra el Ministerio de Finanzas por un supuesto déficit en las asignaciones presupuestarias para el Consejo de la Judicatura y, finalmente, solicita ser recibido por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para quejarse de que, la función judicial del Ecuador, incluido el Consejo de la Judicatura, son objeto de “bulling” por parte de funcionarios del gobierno y en redes sociales. Claro que el doctor Terán no utiliza el término “bullying” en su argumentación, pero al quejarse de que la administración de justicia es objeto de ataques y críticas permanentes, presupone una situación de “víctima” para justificar un reclamo ante tan alto tribunal internacional de derechos humanos. Si llega a ser recibido por la CIDH, ¿no será bueno que vaya llevando el listado de las últimas excarcelaciones espurias e inmorales dispuestas en el país? (O)