La Fiscalía apelará la sentencia condenatoria emitida por un Tribunal de Garantías Penales de Azuay, que resolvió una pena privativa de libertad de 24 años para Anthony Damián C., como autor del asesinato de su hijastra, Eliana T., de 5 años.
Según la fiscal del caso, María José Flores, las pruebas presentadas durante la audiencia de juzgamiento demostraron que la conducta del procesado se adecúa en el delito de femicidio y no de asesinato.
La Fiscalía informó este jueves 28 de abril de 2023 que se comprobó la relación de poder y las circunstancias agravantes de la infracción, por lo que Anthony Damián C. hubiese sido condenado a una pena mayor: 34 años con ocho meses.
La investigación apuntó a femicidio
Fiscalía demostró la existencia del círculo de violencia y la relación de poder que Anthony Damián C. ejerció sobre la víctima, con la práctica de varias pruebas.
Los jueces escucharon los testimonios de los expertos que realizaron la pericia de contexto de género y la necropsia psicológica, así como el de la persona que cuidaba a la niña. Estos fueron concordantes en develar su situación de indefensión, tanto por la diferencia de edad como por el rol que desempeñaba el padrastro.
El Tribunal conoció, a través del relato de la Fiscal del caso, que a los pocos días de convivencia entre la mamá de la víctima y el atacante, empezaron las golpizas constantes a la niña por parte del padrastro, con el pretexto de “educarla” y en otras por voluntad del agresor.
La niña dejó de asistir al centro educativo, debido a las lesiones que el agresor le causó. La pareja no quiso que las profesoras observaran los moretones, fruto de este ciclo de violencia intrafamiliar.
Finalmente, el 6 de mayo de 2022, Anthony Damián C. violentó por última vez a la niña, asfixiándola con sus manos. Lo hizo cuando la madre salió a trabajar y la niña quedó a su cuidado.
Luego de dos horas, llevó en brazos el cuerpo de la pequeña y salió del domicilio, con la excusa de pedir ayuda a los vecinos. Dos jóvenes la socorrieron para llevarla a un centro de salud, donde el personal médico constató que no tenía signos vitales.
El informe de la autopsia reveló que la niña murió por asfixia mecánica por sofocación manual. Además, tenía lesiones recientes en varias partes de su cuerpo, de hasta doce días de antigüedad.
La madre de la víctima, Karla Janneth D., presenció estos recurrentes actos de violencia, pero se encuentra prófuga de la justicia y aún no ha sido juzgada.
