Diana Y Bonil

Aurelio Maldonado Aguilar

Es una perla fina entre tanto guijarro estéril. Mujer de un temple valiente, sin aspavientos ni ditirambos, va cumpliendo con su peligroso deber, el de buscarles las costuras a los corruptos, ladrones y asesinos que gobernaron y delinquieron en algún momento de su estancia en el poder, que lo ostentaban casi o sin casi, autocráticamente, con un engañoso velo de democracia. Tantos casos de corrupción en todo campo y nivel jerárquico hubo, que el trabajo pertinaz, organizado y documentado de la Señora Fiscal del estado, es monumental y permanente. Como se ven entre la espada y la pared y arrinconados sin lograr una defensa digna y cierta, pues los detalles y pruebas son claras y les incriminan, van por la cabeza de una autoridad que es ejemplo en Latinoamérica y de esta manera borrar sus horrendos pecados. En manos de Diana Salazar se encuentran detalles y delitos del todo probados de la tan común y generalizada corrupción y como se vienen unos más graves aun que se van aclarando y que les inculpa, como son aquellos de informes del perito Meza que desaparecieron en manos del prófugo y que, hoy, van siendo reconstruidos y Meza adelanta que serán los que prueben la injerencia directa del antes presidente, en el asesinato de un general honesto. Entonces a tirar de cualquier manera la recia y honesta dama que es un peligro para ellos. Hábilmente ganan cargos en el CPCCS y vuelven a la carga. Nuevamente, Bonil, un genio de la caricatura, presenta una espléndida, en el Universo, diario serio, donde trata de decir que mi querido don Alembert, no es más que marioneta hábilmente manejada y puesta en un cargo clave de control por el titiritero belga. Padre e hijo no pueden ocultar que fueron los abogados de Correa y que lograron imponer una indemnización de 40 millones de dólares al diario, que luego fue desestimada, cosa que lograron porque tenían todo control incluyendo la justicia, en sus manos, pues el juez Paredes de grata recordación, falló a favor del presidente, pero se conoció que la malhadada sentencia fue redactada en computadora externa con usuario Chucky Seven.

“Perro que come beta, aunque le corten la geta” dice un refrán popular que parece venir como anillo al dedo en el caso actual de don Alembert contra Bonil, pues las mañas son las mismas. Calcadas. El inducir miedo es el objetivo y así vulnerar las libertades de expresión. Esperemos que el resultado, como debe y tiene que ser, vaya en respeto de las opiniones de una prensa libre, pilar fundamental de la democracia. (O)