Kakistocracia

Marco Carrión Calderón

Es una situación deprimente en la que se encuentra nuestro país, siempre eligiendo a los peores ciudadanos, gente que mientras es candidata se esmera en presentarse como buenas personas, que saben cómo gobernar y sacar a las mayorías de la inconcebible situación de pobreza, de falta de trabajo, de salud y de educación, pero sin embargo a medida que pasan los años y las administraciones del gobierno no hemos logrado salir de esa situación sino, al contrario, ver que se mantiene y empeora. Ahora, como si todas esas desgracias fueran pocas se han fortalecido la violencia delincuencial y el narcotráfico.

 En medio de la desesperanza he encontrado la palabra Kakistocracia cuya significación viene siendo, en sentido lingüístico literal, “gobierno de los peores” y es sinónimo de “pésima república”.  A eso hemos llegado sin que la mayoría de esos candidatos comprendan la desgracia de un país digno de mejor suerte. Embobados por su vanidad y ansias de poder, y de dinero también en varios casos, se lanzan a una campaña deprimente.

Desde las épocas de Bucaram, Gutiérrez, Mahuad, Palacio, Correa, Moreno y el actual Lasso, el Ecuador se ha visto gobernado por gentes menos que mediocres que han ejercido administraciones pésimas y, eso más, llenas de corrupción hasta niveles impresionantes. El Presidente actual ha decretado 18 Estados de Excepción y no parece darse cuenta de que no sirven para controlar la delincuencia. En estos mismos días, cuando está vigente el último de aquellos “estados”, abundan los crímenes en muchas ciudades del país mientras se conoce que la fuerza pública carece de armamento adecuado y comparable al de la delincuencia, de vestido protector y vehículos adecuados, con una ejecución presupuestaria deficiente que, en el Ministerio del Interior, llega a menos del 10%.

Desde la desastrosa época de la “década perdida” el Ecuador pasó a convertirse en una plataforma internacional del narcotráfico con una incapacidad absoluta de redimirse. En octubre de 2021 se instaló un nuevo radar antinarcóticos en Montecristi, sin las protecciones adecuadas, en pocos días fue destruido y hasta el día de hoy no se ha reemplazado ¿A dónde más ineptitud…o complicidad? (O)