Bukele, en busca de un segundo mandato en El Salvador a pesar de ir contra la Constitución

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, anunció este jueves la construcción de un estadio nacional con una inversión de China, que no fue precisada, y que, según el mandatario, será el "más moderno de América Latina", un anuncio que se transmitió mientras el Congreso salvadoreño debatía concederle la solicitud de licencia para optar a la reelección presidencial. EFE

Nayib Bukele, empresario y político por vocación, buscará en las elecciones generales de 2024 su elección para un segundo mandato en El Salvador, a pesar de que esto supone ir en contra de la Constitución, que prohíbe la reelección inmediata, y de múltiples llamados a respetar la carta magna.

La posibilidad de que Bukele opte a un segundo mandato consecutivo en las elecciones de febrero del año que viene se abrió en septiembre de 2021, cuando una cuestionada Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) modificó un criterio sobre esta posibilidad.

Un año después Bukele manifestó su deseo de buscar la reelección. Este jueves, el político lo materializó solicitando un permiso a la Asamblea Legislativa para ausentarse seis meses de su cargo y dedicarse a su campaña electoral, una petición que fue aprobada por 67 votos a favor de los 84 diputados.

«Después de discutirlo con mi esposa Gabriela y mi familia, le anuncio al pueblo salvadoreño que he decidido que seré candidato a la presidencia de la República», dijo en su momento en una cadena nacional de radio y televisión con motivo de la conmemoración de la independencia de El Salvador.

Después de ese día, el político, con raíces palestinas, recibió múltiples llamados a respetar la Constitución, que en al menos cinco artículos prohíbe la reelección inmediata.

Pero el también exalcalde de la capital salvadoreña (2015-2018) ha hecho prácticamente caso omiso a dichos llamados y continúa su camino para hacerse nuevamente con la Presidencia.

Un cambio de opinión

Antes de llegar al poder, Bukele afirmaba que «en El Salvador una misma persona no puede ser presidente dos veces seguidas» y tras alcanzar la Presidencia salvadoreña en 2019, calificó de «dictadores» al expresidente Juan Orlando Hernández y a Daniel Ortega, reelegidos en Honduras y Nicaragua, respectivamente, gracias a resoluciones de cortes constitucionales.

Sin embargo, a pesar de haber sido señalado de violar la Constitución, Bukele cuenta con el respaldo de buena parte de los salvadoreños y una popularidad de un 90 %.

En más de cuatro años y medio de gestión, el político ha sido criticado por algunas de sus acciones, encendiendo las alarmas de organismos y de la comunidad internacional, como su ingreso a la sede del Congreso en febrero de 2020 acompañado de militares armados.

También ha sido fuertemente criticado por impulsar medidas «impopulares» o que son catalogadas de violar los derechos humanos, como la adopción del bitcoin como moneda de curso legal junto al dólar estadounidense y la implementación de una medida de régimen de excepción para «combatir» a las pandillas.

Pero entre todo lo anterior, Bukele tiene el 68,4 % de intención de voto para las elecciones de 2024, de acuerdo con diversas encuestas, impulsado sobre todo por haber logrado bajar a mínimos la criminalidad en el país.

Bukele es el primer presidente de la etapa democrática salvadoreña con la opción de buscar su reelección inmediata y, de ganar, sería el primero en repetir en el cargo a pesar de que la Constitución no lo permite.

El único antecedente en El Salvador de un segundo mandato se dio en 1935 bajo la dictadura de Maximiliano Hernández Martínez.

Los inicios

Bukele comenzó su camino en la política como alcalde del pequeño municipio de Nuevo Cuscatlán (suroeste), bajo la bandera del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), ahora partido de la oposición.

Su gestión pasó desapercibida y no buscó la reelección, ya que el FMLN lo propuso para la Alcaldía de San Salvador, que logró tras ganar las municipales de 2015 en coalición con el Partido Salvadoreño Progresista (PSP).

Pese a su buena racha política y al aumento de su popularidad, Bukele y los dirigentes del partido izquierdista tenían diferencias que nunca trataron de ocultar, lo que, finalmente, desembocó en octubre de 2017 en su expulsión del FMLN.

Frustradas sus aspiraciones presidenciales con el FMLN, buscó un hueco en el partido Cambio Democrático (CD) para presentarse bajo su bandera, pero el partido fue cancelado tras no alcanzar al menos 50.000 votos válidos en las legislativas de 2015 tras un fallo tardío de la Corte Suprema de Justicia y del Tribunal Supremo Electoral (TSE).

En el último minuto, Bukele optó por la única posibilidad que le quedaba: tratar de buscar la presidencia de la mano de la Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA, derecha), partido surgido tras un cisma en la Alianza Republicana Nacionalista (Arena, derecha) por la expulsión del expresidente Elías Antonio Saca, condenado en 2018 a 10 años de cárcel por corrupción.

Bukele, quien en 2016 aseguró que no buscaría la Presidencia del país con los partidos de derecha, coronó su carrera política el 3 de febrero de 2019 al ganar las elecciones presidenciales en primera vuelta con el 53,1 % de los votos de la mano de la derechista GANA. EFE