De la “Batalla de Tarqui” al presente

Hugo Lucero Luzuriaga

La “Batalla del Tarqui”, ha sido narrada y escrita desde diferentes ópticas en muchos espacios y tiempos que, sin embargo, conforme pasan los años, como que no lo entendemos, ni valoramos su importancia y sus repercusiones en la historia y el presente de los ecuatorianos y sus oponentes.

En este contexto, cabe recordar que el conflicto bélico se libró el 27 de febrero de 1829 en el sector del Portete de Tarqui, entre tropas de la Gran Colombia, que incluía a un territorio que serían luego Ecuador y tropas de la República del Perú. Las grancolombianas lograron una victoria “táctica” al impedir el avance de los adversarios que conllevó a la firma del armisticio en la “Casa de los Tratados” en Girón que definían el cese de hostilidades, sin embargo, que las fuerzas peruanas seguían dominando sobre todo el mar junto a Guayaquil y por ende la ciudad. Recién el 20 de julio del mismo año (1829), el líder peruano Agustín Gamarra luego de derrocar a La Mar entrega a Guayaquil con un tratado de paz. Estos acontecimientos sumados a otros condujeron a la disolución de la Gran Colombia. En 1931 se da paso al nacimiento de las naciones de: Nueva Granada, Ecuador y Venezuela. Continuaron los conflictos entre peruanos y ecuatorianos siendo el de mayor importancia la guerra en la Cordillera del Cóndor a finales de enero hasta el 21 de febrero de 1981, lográndose un acuerdo de paz con la intervención de varios países garantes. El conflicto fronterizo seguía sin solución hasta que se resolvió definitivamente el 26 de octubre de 1998 con la firma de acuerdo de paz entre Ecuador y Perú en Brasilia con las firmas de los presidentes Jamil Mahuad y Alberto Fujimori.

En el presente y respetando la historia, vista de diferentes ópticas por historiadores, Ecuador y Perú, son dos países hermanos sudamericanos llamados los “tercermundistas” que tienen mucho de historia en común, que se necesitan y complementan y que no deben ser subestimados y peor considerados “los patios traseros” de superpotencias que quieren seguir dominando a Latinoamérica. No nos olvidemos que: “La Historia la escriben los vencedores” (George Orwell). (O)