Una ruta para conocer las iglesias de Cuenca

Cuenca tiene una serie de templos e iglesias que no solo muestra la religiosidad de la ciudad. También exhiben la cultura, el arte y la naturaleza.

iglesias Cuenca
Cada iglesia guarda un altar diferente, con sus propias características. Las diferencias están desde el tamaño hasta los personajes adorados

Se dice que, aquel que llegue hasta el centro de Cuenca, tiene que preparar la mano para persignarse en cada cuadra por el número de iglesias y templos que existen. Y no es exageración.

Si hace el ejercicio de fijarse en los espacios religiosos que tiene la ciudad en los alrededores, por ejemplo, del Parque Calderón, se encontrará con grandes iconos e históricos de la Iglesia Católica.

Y precisamente por el número es que El Mercurio preparó una nueva ruta que en esta ocasión se centra en las iglesias y templos religiosos.

Antes de empezar, quienes quieran recorrer la ruta, deben saber que las iglesias no solo guardan la religiosidad. Hay historia, cultura, arte y hasta naturaleza en los interiores de los templos cuencanos.  

Es decir que, los caminantes se encontrarán con una serie de manifestaciones para todos los gustos.

Todosantos

Para empezar con la ruta puede llegar hasta Todosantos. Este espacio ha tomado mucha fuerza en los últimos años a través del trabajo de las hermanas oblatas.

Todosantos es un complejo arqueológico, religioso, histórico y natural. Al entrar podrá fijarse en toda su composición.

En principio, si ingresa por la iglesia, el visitante se encontrará con tres opciones: la primera es el altar, la segunda son los vestigios del pasado del templo y la tercera es un museo.

Hacia un lado se halla un balcón y un restaurante, desde donde se observa la parte baja de Cuenca. Mientras que detrás de la iglesia se extiende el convento. Dentro está otra parte del museo de Todosantos, el horno de leña más antiguo de Cuenca, una cafetería.

En la parte baja del convento se extiende un jardín y un huerto en donde se alzan árboles que tienen más cien años de vida.

La Merced

Luego de andar por Todosantos, que le puedo tomar, al menos, una hora, debe subir por la calle Larga, hasta llegar a la calle Borrero. Allí se extiende la plaza y la iglesia de La Merced. Ya sea para descansar o para admirar los detalles de los espacios, La Merced es idónea para ambas actividades.

Si se decide por la segunda, una de las características que más sobresalen de la iglesia es la puerta de ingreso. Hecha con madera, en cuya superficie reposan los escudos de Cuenca y de Ecuador. El templo, a pesar de su tamaño, está compuesto por diversas expresiones artísticas que lo hacen único.

Las Conceptas

Si quiere admirar al menos medio centenar de pinturas religiosas (algunas de ellas tienen más de cien años), y una serie de esculturas, juguetes, artesanías, el Museo de las Conceptas es el espacio más apto.  

Compuesta por dos plantas, cuartos y un jardín, Las Conceptas es el lugar en donde el silencio reina, a pesar de estar ubicado en las calles Hermano Miguel y Juan Jaramillo, zona céntrica de Cuenca.

En cada uno de sus cuartos, el público se encontrará con distintas piezas, grandes y pequeñas, que muestran la fe reflejada en el talento y arte de aquellos que profesaban la religión católica.

Catedrales

Al salir de Las Conceptas puede tomar la calle Hermano Miguel para doblar por la calle Presidente Córdova, con dirección hacia la Luis Cordero. Al hacerlo llegará al Parque Calderón en cuyos extremos se alzan los dos templos insignes de la ciudad: la Catedral Vieja y la Catedral Nueva.

Puede empezar con la Catedral Vieja. De color lechoso, el templo custodia arte, arquitectura de antaño, piezas religiosas y una cripta que no puede saltarse.

El lugar es propio para conocer cómo está compuesta una iglesia y sus alrededores. Porque además de poder andar por donde ocurren las ceremonias religiosas, asimismo puede caminar por los espacios aledaños.

Cumplido con el recorrido de la Catedral Vieja, puede dirigirse hacia el monumento célebre de Cuenca: la Catedral de la Inmaculada Concepción. En este espacio tiene dos opciones. Con la primera puede recorrer la parte baja, en donde hay una serie de altares. Mientras que en el fondo está el presbiterio.

A un lado de la catedral, en la calle Santa Ana, está el ingreso hacia su balcón, desde donde se tiene una vista completa del Centro Histórico y de las montañas que se alzan hacia el oeste de Cuenca.

Finalizar entre flores

Para terminar la ruta puede adentrarse en el espacio más colorido de Cuenca: la Plaza de las Flores, en donde se encuentra la iglesia del Carmen. El lugar es fotogénico para cualquiera que quiera hacer fotos.

Si está cansado o quiero probar algo nuevo, en el espacio también se vende el agua de pítimas elaborado por las monjas carmelitas. Y si tiene tiempo, puede cruzarse por la Plazoleta de San Francisco, o caminar por la Plazoleta de Santo Domingo, o, todavía mejor, llegar hasta San Sebastián, no sin antes ver el Cenáculo.

En todos esos espacios hay una iglesia en la que, si es creyente, podrá persignarse. (I)