Emprender

Viviana Bernal Estrada

OPINIÓN|

La dinámica de la sociedad ha permitido promover una nueva forma de progreso basado en las iniciativas individuales. No es mucho tiempo atrás que el llamado emprendimiento de ahora, era un negocio propio o una actividad comercial independiente; indistintamente del nombre que se le asigna a estos proyectos comerciales, son propósitos que nacen de la iniciativa, talento y objetivo por generar un ingreso adicional.

Todo está bien, incluso hasta la misma necesidad que impulsó a que exista una alta y diversa demanda pues permite a los potenciales clientes ampliar su campo de elección; por su parte, quienes ofrecen productos y servicios extienden su modalidad de oferta, rompiendo patrones socio culturales de cierto sesgo. El emprendimiento ha permitido que muchos pierdan el miedo y la vergüenza de vender algo, sin importar el qué dirán de los celosos que nunca faltan. Desde cualquier mirada, reitero, está bien; es saludable e incluso inevitable, pues son formas alternas de participación y de involucramiento con la sociedad.

Sin duda, varios emprendedores son jóvenes convencidos de exteriorizar su aptitud y a la vez ofertar algo que tiene que ver con su razón de ser, mientras exista un motivo para sumar y fortalecer la economía y la dinámica de comercio… ampliando redes. (O)