En la historia de la humanidad “La guerra como la paz” siempre han sido, lo son y lo serán interminables, ellas jamás desaparecerán de la faz terrenal por cuanto son parte consustancial de la misma naturaleza del ser humano.
Este ser humano desde que nace o ve sus primeras luces empieza con su lucha o combate por su propia supervivencia y en el trayecto de la misma siempre vivirá envuelto y dispuesto a enfrentarse entre el bien y el mal, es decir entre la paz y el conflicto.
Con mucho acierto se dice que; lo que para una persona, sociedad o país las circunstancias son buenas, para otras personas, sociedades o países esas mismas circunstancias lo serán malas, en fin, el enfrentamiento entre el conflicto y la paz son dos caras de una misma moneda que siempre estarán presentes en los corazones y en los bolsillos de los seres humanos y de las sociedades.
Ante estas circunstancias hoy los seres humanos debemos y tenemos la obligación de trabajar desde las diferentes trincheras de nuestras vidas apegados a los mandamientos éticos y morales de la verdad, de la honestidad, del respeto, de la solidaridad, de la libertad, de la justicia, de la democracia y de la incorrupción, porque solo así estaremos más cerca del mensaje de vida del Gran Arquitecto del Universo y por supuesto la paz será más duradera y prevalecerá por más tiempo sobre los intereses , horrores y rencores de la guerra. (O)