Una sociedad que pretende llegar al desarrollo y prosperidad, trabajando y produciendo desde el mundo real de sus necesidades y aspiraciones, es posible, con un sistema legal que valore la justicia y la equidad mediante una Constitución abierta a la libertad y al pluralismo económico, social y político. Democracia y economía social de mercado.
En una realidad cruzada por la limitación del empleo y de la inversión productiva para la gestación de bienes y servicios, es prioritario garantizar la seguridad jurídica del ejercicio responsable de la autonomía de la voluntad, la iniciativa privada y coopearita, aunando el trabajo con el capital para producir riqueza y potenciar el bienestar social.
En esta perspectiva la soberanía popular debe decidir el sistema del Estado de Derecho constituido según sus legítimos intereses.
Al respecto tengamos presente que, en 1978, el gobierno militar que regía Ecuador desde 1972, por la presión nacional e internacional asumió la necesidad de restaurar la Democracia, convocando al referéndum que decidió entre el proyecto de nueva constitución o el texto reformado de la Constitución de 1945, aprobándose el texto de Nueva Constitución, que definió como una innovación necesaria al sistema económico con cuatro sectores, unidos, por el interés superior del bien común, texto que entró en vigencia con su publicación en el Registro Oficial 800: 27-III-1979.
Pasaron los años y luego de varias reformas se aprobó el texto de la Constitución de 1989 y, posteriormente en el 2008, el texto vigente, que por sus falencias, conceptuales y normativas: el hiperpresidencialismo, la eliminación de la ley de partidos políticos, las cinco funciones en lugar de las tres clásicas, el excesivo garantismo penal, la hipertrofia estatal, entre otros desajustes, hacen necesario restaurar la legitimidad del estado de derecho, retomando la constitución de 1979, como Norma Originaria y que con las necesarias reformas regule el sistema institucional desde las necesidades sociales según los principios de justicia y dignidad humana. (O)