Contrariamente a lo que Correa sostenía ese dinero no pertenece al gobierno sino a los afiliados al Instituto. Ninguno de sus lacayos, entre ellos Ramiro González, Richard Espinoza y Fernando Cordero se atrevieron a explicarle la verdad ni tampoco la ilegalidad de suspender el pago del 40% de las pensiones que según la Constitución tiene obligación de entregar el Estado al IESS. Además, ordenó la compra de Bonos del Estado con dinero del IESS, llenó de burócratas incapaces, incrementó el número de beneficiarios del seguro de salud sin que sean aportantes. Por esas y muchas otras razones es que el IESS está en una lamentable situación financiera.
Con sus peregrinas ideas, durante la desgraciada época en que se adueñó del país, expolió de manera irresponsable y dolosa al IESS, con la complicidad de quienes puso para dirigirlo como Ramiro González, que se convirtió en sirviente del mandatario por sus delirantes sueños de ser su sucesor en la Presidencia.
Pueden argumentar que son intereses buenos. Puede ser. Pero lo grave es que ese dinero probablemente nunca se vuelva a tener en poder del IESS y se pierda para siempre porque el Estado es mal deudor y peor pagador. Y peor si vuelve a gobernar otro déspota como Correa quien aseguró que el IESS tiene mucho dinero, pero que si hace falta entonces él dará lo que sea necesario.
El día en que no haya recursos para afiliados y pensionistas, ¿En dónde estará este sujeto para ver si entrega los recursos ahora que se necesitan…? (O)