El 24 de mayo está a la vista. En ese día Daniel Noboa Azín iniciará su mandato por decisión mayoritaria de la ciudadanía ecuatoriana. No se trata de una ceremonia cívica más. El nuevo gobierno se inicia cuando en Ecuador, de un buen tiempo acá, usamos palabras para elaborar frases y consignas con términos que sonando igual conllevan significados opuestos. La falsedad se difunde como verdad, el honor ha perdido su predicamento y el engaño tiene ribetes de promesa. La lista de atropellos a la razón es larga y pide, entonces, a gritos, que restauremos nuestro vocabulario cívico.
De mi cosecha esbozo algunas urgencias para un ABECEDARIO CIVICO, nacional. Es menester volver a pensar en idénticos propósitos y en similares carencias porque solo así es posible que comencemos a entendernos entre compatriotas.
-PATRIA es la tierra donde nacimos, su historia y sus costumbres, sus victorias y fracasos, nuestras familias y nuestros compatriotas.
-Un ESCUDO, un HIMNO, una BANDERA nos representan. Estos símbolos patrios nos hermanan con su significado muy propio y con su historia. Amparados por ellos estamos prontos, los ecuatorianos, para reconstruir lo dañado y fortalecer nuestros vínculos con la PATRIA GRANDE.
La calumnia no es viveza. La mentira es falsedad. La drogadicción es suicida. Matar desde un vehículo no es deporte. Trabajar con malhechores es complicidad. Insultar o calumniar a un jefe de Estado es desacato. Traficar con drogas es delito. Si no hablamos un lenguaje homogéneo tendremos en Ecuador una población de “sálvese quien pueda” porque ser ratero o matón será título de honor.
NO ROBARÁS debiésemos llevar escrito en nuestra carta de identidad. Respetar los bienes ajenos es un deber: la honra y el dinero, son bienes sagrados. No sé quién inventó esta frase nefasta: “fulano sí robó, pero hizo obras”.
-LA VERGÜENZA debe constar en el nuevo abecedario: esa capacidad de ruborizarse o sentirse mal cuando se delinque. Quienes pasean por el mundo su desfachatez luego de haber perjudicado a una nación no tienen perdón de nadie.
-Los ASAMBLEISTAS deben entender que no son muñecos de un partido político sino hijos de un Ecuador necesitado de leyes justas y de justicia operativa.
-El que mata, roba o trafica merece su castigo. El abogado defiende la inocencia, no libera delincuentes. La cárcel es un lugar de castigo para culpas cometidas, no burdel o espacio de componendas. Necesitamos revisar conceptos. (O)