Anhelando que no sea el último día del despotismo y el primero de lo mismo, al inicio del nuevo mandato de Noboa, el país requiere atención esmerada en el componente de la violencia entronizada, que socava la moral de la nación, ante el riesgo: de asalto, secuestro, extorsión y asesinato que se han incrementado a niveles nunca vistos; la desorganización de servicios de salud previsto como un sistema integrado que observa la práctica de la atención medica en hospitales públicos con desabastecimiento crónico del Ministerio y el Seguro de insumos, medicamentos, equipamiento e incluso alineación que aunque menor en lo estatal ahora se ha difuminado y en educación como base de una formación técnica-científica adecuada a los retos de los tiempos digitales, con inclusión universal de la población infantil y adolescente para el progreso nacional.
Estos mandatos sin duda deben ser atendidos sin dilación, recordando que el pueblo se siente abandonado, considerando que los intereses populares no se pueden seguir postergando, por cuanto el mandante que confía en las urnas espera la reciprocidad de sus autoridades, en todos los niveles, como se demuestra por ejemplo en la reacción de la ruralidad de Cuenca, para con su municipio al reclamar sobre ordenanzas que le afectan a su entender, las mismas que han sido puestas en discusión incluso planteando su derogatoria, lo que demuestra que si bien la población esta serena no se puede jamás suponer que seguirá dormida, por lo que adelantándose a los justos reclamos el mandatario debe actuar.
Se repite que el ecuador es un país rico debemos entonces hacer que esta riqueza llegue a los grupos humanos relegados, con acciones inmediatas en su protección: en seguridad, medio ambiente, salud y educación. Todos estamos convocados a este rescate que Pancho Huerta llamaba la minga nacional, pero al presidente, a la asamblea, gobiernos nacionales y locales, les corresponde aunar esfuerzos y trabajo para mejorar la calidad de vida de los ecuatorianos, que para eso cobran y no suponer que su labor fundamental es buscar la impunidad para sus líderes o encontrar beneficios particulares. Ya lo veremos. (O)