
En el Día de la Madre rendimos homenaje a quienes, con firmeza y ternura, asumen cada rol sin descanso y construyen vidas en silencio, muchas veces sin ser vistas ni reconocidas.
Una de ellas es María Chitacapa, de 44 años, una emprendedora ejemplar que, con empeño diario, impulsa su negocio de productos esenciales y servicios bancarios en la Mariano Cueva y Héroes de Verdeloma.
Es reconocida por los vecinos del sector por su amabilidad, espíritu solidario y compromiso, cualidades que la han convertido en un ejemplo de trabajo, empatía y superación constante.
Para ella, ser madre es una bendición y también una gran responsabilidad, pues significa formar, guiar y acompañar con amor y firmeza el camino de vida de sus hijos.
María Chitacapa: padre y madre
A ella le tocó criar casi sola a su hija Alejandra Morocho, quien hoy, con 22 años, está por cumplir uno de sus sueños: graduarse en gastronomía. También ayuda en la crianza de su nieto, que tiene un año y seis meses.
También es el pilar de su madre, Estela Aucapiña, de quien heredó, según ella, la fortaleza para enfrentar los desafíos y la honestidad necesaria para construir un camino con dedicación.
María considera que las madres cultivan la sabiduría necesaria para poner límites a sus hijos, sin que esto implique excesos ni sobreprotección, buscando siempre el equilibrio en su crianza.
Ella recomienda a las madres que se dejen guiar por el amor incondicional, reconociendo que la crianza es un desafío constante que debe afrontarse con madurez, paciencia y firme determinación.
Lo expresa con base en su experiencia, pues cuando su hija quedó embarazada a los 20 años, al principio fue un golpe de decepción, pero luego una oportunidad para evaluar su capacidad de comprensión.
«Esto nos cambió la vida a toda la familia, no sabía si apoyarle, recriminarle, fueron momentos de gran confusión, pero que sirvieron de lección para ahora contar un testimonio.»
Responsabilidad de las madres
Sin embargo, aclaró que los hijos que enfrentan una situación así deben asumir con compromiso su responsabilidad, tomar decisiones conscientes y aprender de las consecuencias de sus actos.
«No podemos abandonar a nuestros hijos, pero tampoco justificar sus errores; es necesario brindar apoyo sin reemplazarlos ni asumir responsabilidades que les corresponden…», afirmó.
María se ve reflejada en su hija, ya que vivió una situación similar: dejó sus estudios de Ingeniería Comercial en la universidad para casarse, pero su matrimonio no prosperó como esperaba.
También aconseja a los hijos que escuchen y respeten a sus madres, sin que eso signifique anular su voz, pues considera fundamental que puedan expresar sus ideas con respeto y criterio propio.
En el Día de la Madre, la experiencia de María evidencia que la maternidad implica compromiso, equilibrio y liderazgo en la formación de hijos responsables y con pensamiento propio. (CSM)-(I)
Detalle
En Ecuador, la edad promedio de maternidad ha aumentado de 21 años en 2010 a 28 años en la actualidad. Esto refleja un cambio en las prioridades y decisiones reproductivas de las mujeres en este país.
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