‘Mama Panchita’ con autoeducación salió adelante en su negocio

Sin completar la escuela, 'Mama Panchita' emprendió con la venta de almuerzos. Hoy es un lugar icónico de Cuenca en venta de comida rápida.

No hay género musical que Francisca Mora disfrute tanto como el bolero. En ella afloran algunos recuerdos, más en esta época en la que extraña al ser que le dio la vida hace 81 años y al compañero con quien tuvo la dicha de ser madre de tres hijos: Fanny, Wilson y Pablo (+).

Hace cinco años, una insuficiencia renal trazó un camino distinto para su esposo Luis Brito. Juntos emprendieron un negocio que, con el tiempo, se convirtió en uno de los más icónicos de Cuenca: ‘Mama Panchita’, ubicado entre las avenidas Don Bosco y Loja. El local de comida rápida atiende desde las 16:00 hasta las 04:00.

‘Mama Panchita’ ingresó al mundo de los negocios sin tener estudios secundarios, peor de tercer nivel.

“Nuestros padres eran muy pobres. A lo mucho yo tengo solo tercer grado, pero bueno, así me defiendo… Yo veo a chicos que están en la Universidad que están haciendo cuenta con los dedos, yo no, enseguidita saco las cuentas”.

Desde su óptica, el proceso enseñanza-aprendizaje de años pretéritos, era duro, pero efectivo. “Antes nos daban palo, nos daban duro en las manos con las reglas, pero nos entraban las letras…”.

Fanny Brito, hija mayor, cuida a ‘Mama Panchita’. Foto Bolívar Sinchi/El Mercurio

¿Cómo empezó ‘Mama Panchita’?

Su habilidad para hacer cuentas empezó cuando instaló una abacería en Macas, por recomendación de un sobrino. Viajaba los jueves y retornaba los lunes.

La rutina cambió apenas tuvieron buena acogida en la venta de almuerzos y, después, de papas fritas, por iniciativa de Fanny, encargada del negocio.

“Yo ahora no hago nada, pero reviso que todo esté limpio, no ve que nos visita ARCSA”.

Si por alguna razón su hija se enferma o no puede estar presente, tiene a mano un calefactor para contrarrestar el frío de las madrugadas y del piso de cerámica. Tiene artrosis en las manos y debe cuidarse.

Lugar preferido de ‘Mama Panchita’ . A su costado está un calefactor para paliar el frío. Foto Bolívar Sinchi/El Mercurio

Pasatiempos, pendientes y compañera ideal

Revisar las redes sociales está entre sus pasatiempos como leer el periódico, jugar cartas y cuidar las plantas, entre ellas la ‘lengua de suegra’.

Su cuñada la ubicó a la entrada del local. Hay la creencia que, al colocar dicha planta a las entradas de las casas y oficinas, protege y atrae buenas energías. Se cree, incluso, que purifica el aire y puede atraer suerte y abundancia.

‘Mama Panchita’ lo ve solo como un adorno. Es devota de la Virgen del Cisne, si bien ya no la visita desde que falleció su esposo y llegó ‘Princesa’, una perrita chihuahueña, su amiga inseparable.

‘Mama Panchita’ junto a su compañera inseparable. Le regalaron cuando murió su esposo. Foto Bolívar Sinchi/El Mercurio

Un sueño pendiente

Un sueño pendiente, como toda madre que se preocupa del bienestar de los suyos, es conseguir un local para que su hijo -chofer profesional- tenga su propio negocio. 

El cariño de sus hijos y nietos es lo que más disfruta en estas fechas. “Mama Panchita es mi corazón, mi vida, mi todo”, dice Fanny tras besar su frente.

Es que como canta Julio Jaramillo en uno de sus boleros -que tanto gusta a ‘Mama Panchita’-, “en este mundo hay una sola madre y no hay quien la compare en su noble misión”.

Nota relacionada

Bolivar Sinchi

Licenciado en Ciencias de la Comunicación Social, en la Universidad de Cuenca. Cronista deportivo por más de una década. Creador de contenido multimedia.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba