
Los videos captados por cámaras de seguridad que registran delitos en calles, locales comerciales y viviendas de Cuenca son difundidos con creciente frecuencia en redes sociales.
Los conocidos delitos de oportunidad se han vuelto cada vez más comunes.
En muchos casos, los delincuentes aprovechan el descuido de sus víctimas; en otros, actúan de forma organizada, distrayendo a la persona mientras cometen el robo.
Uno de los casos más recientes ocurrió en un local ubicado en la avenida Doce de Octubre e Isabel la Católica, al sur de la ciudad. Las imágenes muestran al ladrón llevándose tranquilamente una bicicleta, para luego retirarse con rumbo desconocido.
Situaciones similares se repiten en el Centro Histórico, donde comerciantes han denunciado en múltiples ocasiones a delincuentes que se hacen pasar por clientes para robar mercadería al menor descuido.
Operativo
La semana pasada, como parte de su estrategia para reducir la criminalidad, agentes de la Policía Judicial del Azuay desarticularon un grupo delictivo conformado por mujeres que operaban en el Centro Histórico de Cuenca.
Según el informe oficial, las sospechosas actuaban aprovechando la aglomeración de personas y, en ocasiones, utilizando la fuerza para despojar de sus pertenencias a las víctimas.
Durante el operativo, se incautó dinero en efectivo y un teléfono celular que fue identificado por una de las víctimas.
Tres de las cuatro detenidas tenían antecedentes penales por hurto, robo y tenencia ilícita de sustancias sujetas a fiscalización. Todas son de nacionalidad ecuatoriana y tienen entre 35 y 47 años.
¿Qué es un delito de oportunidad?
El robo por descuido, también conocido como delito de oportunidad, es una modalidad delictiva en la que los delincuentes aprovechan momentos de distracción para sustraer objetos de valor sin recurrir a la violencia.
Es común en lugares públicos como centros comerciales, transporte público, restaurantes, oficinas y también en el hogar.
¿Cómo actúan los delincuentes?
La Policía Nacional advierte que quienes emplean esta modalidad suelen actuar de forma rápida, silenciosa y, en muchos casos, en coordinación con otros. Estas son algunas de las estrategias más frecuentes:
Bolsos o mochilas abiertos: El delincuente aprovecha que la víctima lleva el bolso abierto, en la espalda o al hombro, para sustraer objetos sin ser detectado.
Objetos sobre mesas o sillas: En cafeterías y restaurantes, los ladrones simulan ser clientes o simplemente se acercan para tomar teléfonos, carteras u otros artículos dejados al descuido.
Puertas o ventanas abiertas: Tanto en viviendas como en vehículos, aprovechan cualquier abertura para ingresar rápidamente y llevarse lo que esté al alcance.
Distracciones planificadas: Uno de los delincuentes distrae a la víctima, por ejemplo, pidiendo una dirección o arrojando un objeto al suelo, mientras otro comete el robo.
Aglomeraciones en el transporte público: En buses o estaciones, los ladrones sacan pertenencias de bolsillos, cortan carteras o abren mochilas en medio de la multitud. -(I)