
La tercera fase del Programa Nacional de Prevención del Cáncer de Cuello Uterino contará con USD 3,2 millones para su ejecución en 2025. En este contexto, el Observatorio Ciudadano para el Cumplimiento de Políticas Públicas en la Lucha Contra el Cáncer y Enfermedades Catastróficas se mantiene expectante a la publicación del cronograma que garantizará su real cumplimiento.
De acuerdo con información oficial entrada al observatorio, el presupuesto será distribuido entre 7 hospitales a nivel nacional. Durante los años 2025-2026, se prevé la realización de 100 mil pruebas moleculares para la detección temprana del Virus del Papiloma Humano (VPH), principal causa del cáncer cervicouterino. Esta fase está dirigida a mujeres entre 30 y 65 años, el grupo poblacional más vulnerable frente a esta enfermedad silenciosa pero prevenible.
“Estamos frente a un punto de inflexión: o avanzamos hacia una salud pública preventiva, descentralizada y basada en evidencia, o seguimos permitiendo que cientos de mujeres mueran cada año por falta de diagnóstico oportuno”, enfatiza Diego Jimbo, coordinador del Observatorio.
Según datos del Registro Nacional de Tumores y estadísticas del INEC, en el año 2023 se reportaron en Ecuador 1.357 nuevos casos de cáncer de cuello uterino y 569 muertes atribuibles a esta enfermedad, con una tasa de incidencia nacional de 18,7 por cada 100.000 mujeres. La mayor carga de casos se concentra en mujeres de entre 35 y 64 años, siendo las provincias de Guayas, Manabí, Pichincha y Los Ríos las más afectadas por esta patología prevenible.
Estas cifras reflejan una crisis sanitaria silenciada, donde la detección tardía, la falta de acceso a pruebas moleculares y el limitado alcance de campañas de tamizaje impiden una respuesta efectiva.
La implementación de pruebas moleculares como parte del tamizaje representa un avance clave para detectar el virus antes de que se desarrolle la enfermedad. No obstante, el Observatorio alerta que el cronograma es fundamental para garantizar su cumplimiento.
Desde el Observatorio, se exige que:
- Se transparente el cronograma de implementación de la fase 3.
- Se mantenga un monitoreo ciudadano constante sobre los avances.
- Se fortalezca la estrategia comunicacional para informar y educar a la población.
“El cáncer no espera. Por eso, tampoco puede esperar la acción del Estado”, concluye Diego Jimbo.
El Observatorio Ciudadano para el Cumplimiento de Políticas Públicas en la Lucha Contra el Cáncer y Enfermedades Catastróficas reitera su compromiso con la vigilancia ciudadana y la exigencia del derecho a la salud, especialmente para las mujeres ecuatorianas que merecen atención, prevención y respeto.