¿Sirven para algo?

Eliécer Cárdenas E.

_ El Parlamento Andino, cuyas papeletas electorales sufrieron una suerte de misteriosa maldición, a causa de la demora en absolver los reclamos sobre algunos de estos candidatos, en la realidad de los hechos evidencia que es una entidad que prácticamente no sirve ni ha servido para los intereses de los países que integran la Región Andina.

_ Creado en mejores tiempos, cuando la integración subregional era una especie de biblia que guiaba los discursos políticos y gubernamentales, el Parlamento Andino, a diferencia por ejemplo del Parlamento Europeo, que, si es un Parlamento de verdad y si actúa en el ámbito de la Unión Europea, siendo sus leyes y resoluciones acatadas por aquellos países, en nuestra región ha devenido en una suerte de caricatura.

_ ¿Por qué? Porque sus resoluciones, como se dice en lenguaje técnico “no son vinculantes”, es decir se pueden incumplirlas sin que pase nada, y peor, los famosos parlamentarios andinos, en su mayoría ciudadanos incógnitos que se ganaron el “loteriazo” de ser electos por pura casualidad, ni siquiera se dedican seriamente a su papel, ya que según la información de fuentes periodísticas, tienen alquilado un edificio en la Capital de la República, que paga por concepto de alquiler 12 mil dólares mensuales, y que tiene una actuación tan pobre que nadie conoce a ciencia cierta lo que hacen en las sesiones de cada mes, y eso cuando se reúnen.

_ Una pregunta, amable ciudadano. ¿No sería mejor que los países que quedan del Área Andina, ya que no están ni Venezuela ni Chile, que se fueron hace rato, suprimir el inoperante y ocioso Parlamento Andino, que, según las mismas fuentes periodísticas señaladas, cuesta al Erario Nacional 2 millones de dólares anuales?

_ Según las leyes de la evolución, un órgano que no se usa se atrofia y termina por desparecer, verbigracia la cola que tenían nuestros antepasados primates, ya no existe. Por lo tanto, el órgano legislativo del Parlamento Andino, que no ha funcionada durante décadas, debería desaparecer como la cola de nuestros ancestros simios.

_ Ojalá el Parlamento Andino sea enterrado, por lo menos hasta que una verdadera integración andina una a nuestros pueblos, tan divididos por la demagogia y las crisis políticas. (O)