Pumapungo, mágico y enigmático, un “viaje en el tiempo” por el Parque Arqueológico y Etnobotánico

Un reencuentro con la historia, lo ancestral y ritual se matiza con riqueza natural de Cuenca. Este lugar es un tesoro de Cuenca, digno de ser conocido por propios y extraños.

La grandeza del Parque Arqueológico y Etnobotánico Pumapungo se impone en Cuenca. Xavier Caivinagua/El Mercurio

En un abrir y cerrar de ojos turistas locales, nacionales y extranjeros pueden pasar de caminar por las calles adoquinadas de Cuenca a adentrarse en el Parque Arqueológico y Etnobotánico Pumapungo, testimonio de cultura e historia de Cuenca. Un auténtico tesoro ubicado en la Calle Larga y Huayna Cápac.
Este lugar mágico y enigmático, habitado en su momento por cañaris e incas, que en su momento fue considerado como centro religioso, político, administrativo y habitacional, se destaca por su arqueología, flora y fauna.
El “viaje en el tiempo” empieza con la visita a las Kallankas, estructuras espaciosas que sirvieron como alojamientos para soldados del Imperio. Pocos metros adelante se observa un amplio espacio empedrado conocido como Kancha.
Tras quedar “hipnotizado” por estas bellezas arquitectónicas, la mirada automáticamente se fija en la “reconstrucción hipotética” de una residencia para mujeres consagradas al Sol e Inca, denominada Akllawasi. Paralelamente está ubicado el excolegio Rafael Borja, imponente construcción moderna que fue inaugurada en 1957.
Para edificarlo, los jesuitas utilizaron dos hornos de ladrillos que aún se los mantiene como evidencias históricas.
La admiración y el respeto por nuestros antepasados crece a medida que avanza el recorrido y especialmente cuando se accede a lo que se conocía como Qurikancha o Templo Mayor, un espacio sagrado que a la par sirvió como observatorio astronómico, vital para el cultivo y la cosecha.
No cabe duda que se trata de una vista privilegiada en la que contrarrestan las instalaciones cañaris e incas con la moderna ciudad, separadas por el río Tomebamba. Al fondo se aprecian místicos y míticos cerros como: Cojitambo, Pachamama, Guagualzhumi, Turi y Boquerón, parte de la “geografía sagrada” … otra muestra más de la sabiduría y audacia de los orígenes cuencanos, de la cosmovisión.

Una auténtica alfombra de césped, en donde generalmente se realizan danzas tradicionales para los visitantes anticipa los paradisiacos paisajes que se encontrarán en el trayecto posteriormente. María Elena Machuca, ministra de Cultura y Patrimonio fue testigo de honor de los coloridos bailes cuando este jueves visitó la capital azuaya con motivo de la reapertura progresiva de la Entidad Operativa Desconcentrada Museo y Parque Arqueológico y Etnobotánico Pumapungo, dirigido por Marcos Sempertegui.
A medida que se va descendiendo por los senderos a la parte baja de Pumapungo, el melodioso trinar de las aves y el croar de las ranas llenan el alma, recargan las energías. Se respira paz. Los pulmones se hinchan de aire puro.
Una parada obligatoria, en donde los turistas aprovechan para tomarse selfies o fotografías familiares, son las Terrazas de Ascenso al Quricancha.
Se cree que estos andenes detienen la erosión y conservan la humedad, pero también serían símbolos de “ascenso iniciático”, según lo revela Jaime Idrovo Urigüen, investigador, en el libro “Parque Arqueológico Pumapungo”, empezando por el mundo de las ilusiones, encarnadas en flores, y culminando en espacios desérticos, quinta y última terraza antes de ingresar al Templo Mayor.
Los huertos y jardines del Inca se resumen en la riqueza de la flora andina. En estas bendecidas tierras se han cultivado distintos tipos de plantas: chamánicas, medicinales, alimenticias y ornamentales.

El maíz, el ataco, zambos, limeños, zapallos, las ocas, forman parte de las chacras. José Mosquera/El Mercurio

La variedad de los cultivos se nota en las chacras. Las melgas son regadas por medio de canales de agua. Así, en un mismo lugar se puede encontrar maíz, zambos, limeños, zapallos, ataco, ocas…indispensables en la gastronomía andina…
También hay plantas como: el guásimo, solano de flor azul, manzanillón, campanilla azul, lirio del día, margaritas…

Diferentes plantas como el manzanillón desprende olores agradables en el aire. Estos espacios cuentan con letreros que contienen códigos QR para obtener mayor información. José Mosquera/El Mercurio


Ante la curiosa mirada de las mansas alpacas que nacieron en estos terrenos avanza el recorrido por medio de las cristalinas aguas de la Kucha o Lagunilla, la cual fue reconstruida y cuenta con un filtro biológico.

Las llamas, animales que nacieron en este lugar, son una atracción para los visitantes junto a la cristalina Kucha o Lagunilla, en donde se encuentran peces y patos. José Mosquera/El Mercurio


Varias publicaciones reseñan que Huayna Cápac mandó a construirla en honor al dios Tiski Wirakucha, aprovechando la cercanía del río Tomebamba. En esta zona además existe un área para la conservación de anfibios que han sido rescatados.
A estas alturas los pies se arrastran, ya están cansados, pero el corazón invita a seguir caminando para avanzar al Centro del Saber del Guacamayo y la Serpiente, y al Centro de Avifauna, en el cual existen aves que se encontraban en cautiverio, incapaces de volver a la libertad.
Los coloridos plumajes y su imponente prosa permiten admirar la grandeza de la naturaleza y a la vez reflexionar sobre la crueldad de los seres humanos. Se puede admirar especies de distintas regiones de Ecuador, así como aves mitológicas: loritos, pericos, guacamayos, gallaretas, gavilanes y hasta erguidas águilas que pareciera sacan pecho cuando las miran.
La jornada se cierra con un paseo por el Orquideario que cuenta con diez especies…

…Así termina nuestro «viaje en el tiempo», que nos conectó y reconcilió con la Pachamama.

Nos marchamos, pero queda el compromiso de regresar para recargar energías y reencontrarnos con nuestras raíces. (I)

En el Centro de Avifauna se puede observar una variedad de aves, entre ellas el águila pechinegra. Xavier Caivinagua/El Mercurio

ALGUNOS NÚMEROS
2
horas aproximadamente dura el recorrido por el Parque Arqueológico y Etnobotánico.

20
especies de aves se puede encontrar en el lugar, indica Cecilia Aguilera, administradora del Parque Pumapungo.

300
especies de plantas nativas y exóticas existen en este lugar y son cuidadas de manera profesional y técnica.

TOME NOTA

La entrada al Parque Pumapungo no tiene costo alguno para los turistas locales, nacionales y extranjeros.

Las visitas se realizan de martes a domingo, de 10:00 a 16:00, con las debidas medidas de bioseguridad.

El museo, que cuenta con bienes bibliotecarios, reservas pictóricas y etnográficas, piezas de arqueología, se reabrirá en próximos días.

Por: José Mosquera Baca
jmosquera@54.196.56.88
El Mercurio-Cuenca