Tierras altas

Nicanor Merchán Luco

En estos días me puse a releer el libro denominado “Vivir en los páramos” del proyecto “Comunidades de los páramos”, que tiene el propósito de contribuir a la conservación de los ecosistemas de páramo andino como unidad ecológica tanto por los valores naturales como los culturales. El estudio muestra las incidencias políticas y sociales, así como las prácticas locales para las políticas del cambio climático. El programa es ejecutado por la Oficina Regional para América del Sur de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza por varias organizaciones y forma parte de este proyecto.

El estudio muestra cómo contribuir a la conservación de los ecosistemas de páramo andino, los estudios dicen que “los páramos forman una ecorregión neotropical de altura entre el límite forestal superior a las nieves perpetuas. Se encuentran distribuidos a lo largo de los Andes húmedos entre Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela”. Los páramos tienen una gran importancia porque allí sobreviven especies endémicas capaces de brindar servicios ambientales fundamentales como el agua y como espacios culturales importantes.

Los páramos, estas tierras de alturas forman espacios de vida y de territorios sagrados para los pueblos indígenas que habitan en ellos, allí se desenvuelven poblaciones tradicionales que mantienen cohesiones sociales y modos de vida exclusivos. En los páramos que se levantan sobre los 3.100mts. hasta los 4.700mts. se cultivan papas, cebolla, zanahorias, mellocos, brócoli, alcachofa, coliflor, arveja, fréjol, se efectúan prácticas agropecuarias de ganado vacuno, pastoreo de ovejas, llamas, vicuñas y caballos, pero el cambio climático que se acelera cada vez afecta a los páramos y los ecosistemas pierden su capacidad de adaptarse y la cultura de los pueblos de páramo viven en un espacio mágico. (O)