Osadía sobre ruedas

CON SABOR A MORALEJA Bridget Gibbs Andrade

El expresidente al que le importó un bledo el país y que fue una marioneta más del ladrón de siete suelas, solicitó al Gobierno ecuatoriano que adquiriera un auto para su uso personal, en Miami, que es donde presumiblemente se quedará a vivir. En su osadía, la misma de la que adolecen los correístas, pidió un Mercedes 550, nuevo. ¡Ni el actual presidente de la República tiene un auto así! Lasso utiliza los vehículos que el prófugo compró hace once años, luego de haberlos mandado a pulir y a pintar. Yo, los hubiera mandado también a exorcizar. Lo propio debió hacer la llorona de la Asamblea y no pretender que el Estado ceda ante sus aires de grandeza, ¿y nobleza? Lo dudo.

Moreno se malacostumbró al buen vivir, tal cual sus compañeritos, desde que fue vicepresidente. Cuando Glas lo reemplazó, Correa se inventó el cargo de “Enviado Especial” del Secretario General de la ONU que, según él, debía ser desempeñado en Ginebra. Como todos conocíamos, ese cargo honorífico (la ONU destina un dólar anual en cada caso) no exige a los designados salir de sus países. Y cuando el Secretario General pide la participación en algún evento, la ONU provee los pasajes y viáticos.

Para reservarlo como candidato presidencial, Correa requería que Moreno esté fuera del país y firmó un decreto para “un funcionario” al servicio de la ONU. Así desvió fondos públicos y lo mantuvo a cuerpo de rey -pese a no haber nacido en cuna de oro- en una de las ciudades más caras del mundo. Los muebles que usó en Suiza fueron comprados por una empresa (INA Investment) vinculada a un amigo íntimo suyo que está siendo investigado en el caso INApapers por la Fiscalía General de la Nación. Al Estado le costó 1.6 millones USD mantener a la familia de vividores, desde enero del 2014 hasta septiembre del 2016.

La solicitud desvergonzada del expresidente exasperó al Gobierno ecuatoriano que está reduciendo personal y exigiendo austeridad en todas las dependencias públicas. El 31 de agosto, el presidente modificó la normativa sobre la protección y seguridad a expresidentes y exvicepresidentes. Solo la tendrán dentro del territorio nacional. Debió derogarla. Una vez fuera del poder, vuelven a ser un ciudadano más.

Se le acabó la buena vida a la osadía sobre ruedas, y a su esposa, que aunque use tacones, es la que lleva los pantalones. (O)