Amnistía para los violentos

La ausencia de legisladores, posiblemente negociada con anticipación, impidió se forme una comisión para, dizque, evaluar el trabajo de la presidenta de la Asamblea Nacional, Guadalupe Llori y del Consejo de la Administración Legislativa.

De esa forma se echó abajo el empeño de la hermandad socialcrtisiana con el correísmo y una parte de Pachakutik. Si bien lo desmienten, a la luz pública la evaluación tenía como fin destituir de Llori, reestructurar las comisiones legislativas, enjuiciar políticamente a la nueva mayoría del Consejo de Participación Ciudadana, reasumir el control de esta institución, y con ello nombrar nuevas autoridades, entre ellas al contralor.

Curiosamente, en la madrugada de ayer los asambleístas, incluidos los del oficialismo y de Izquierda Democrática, aunque aparentando división, hicieron causa común y aprobaron amnistiar a 268 personas procesadas en 57 casos, los más por actos de violencia ocurridos durante las protestas de octubre de 2019.

La moción fue votada en bloque. Se mezclaron, entonces, todos los procesos, unos ya en etapa de juicio, otros aún en investigación.

La amnistía procede solo para casos de índole política, no para los de tipo penal.

Empero, la resolución de la Asamblea puso todos los casos en un mismo saco. En consecuencia, con la amnistía deberán detenerse los procesos contra los 268 beneficiados. Si ya están judicializados, los casos se extinguirán por resolución de los jueces, si bien se habría incurrido en fraude procesal. Si están en investigación, ya no podrá ejercerse acciones penales.

Pero el hecho está dado. Y haber ocurrido en circunstancias por lo demás “curiosas” revela la persistencia de componendas y amarres, clásicos en la legislatura.

Así, instigadores y protagonistas de la destrucción de Quito, del incendio de la Contraloría, del bloqueo de servicios públicos, del secuestro de periodistas y policías, de la suspensión del bombeo del petróleo, de llamar a la rebelión y de tumbar al gobierno, quedan “perdonados”.

Otra página triste y repudiable de la Asamblea, pretextando la reconciliación nacional.