Imaginar candidaturas

José Chalco Salgado josechalcosalgado@gmail.com

            No es justo pensar que la suerte ya está echada. Que no hay mucho que hacer. O lo que es peor, contentarse con lo que unos pocos audaces pueden creer. Aquello, no guarda coherencia ni decencia con la ilusión histórica por contar con ciudades, provincias y un país liderado por las mejores mentes y manos.

            Los actores políticos -en su amplia mayoría- que han tomado la batuta en la conducción de las aspiraciones de cuencanos y ecuatorianos en el último tiempo tienen los mismos defectos: ostentar una función pública para el ratito. Contentarse con el hecho que hay que cumplir y cumplirse del cargo. O disfrutar del concepto que los réditos propios del ejercicio del poder y su dinámica es esperar que pasen los días, meses y años y una que otra fotografía tomarse.

            Sí. Hay un reducto político que limita la esperanza. Llega, pasa y deja pasar. Posiciones ideológicas y doctrinarias en realidad no se miran. Sí improvisación, liderazgo de temporada y nula comprensión de la problemática horizontal para dar solución y respuesta. Carencia de decisión. Es una suerte de escases y debilidad política. De desaparición de cuadros formados, serenos y maduros. Con experiencia, visión y decisión.

            Las elecciones seccionales se aproximan. Están cerquita. Es tiempo que cause ilusión soñar con una ciudad, provincia y país en progreso, que solucione los conflictos más importantes: planificación, seguridad, expansión, transportación y economía de la población. Debería ser posible imaginar candidaturas que abracen la comprensión por transformar desde el ejercicio de la función pública y no únicamente la del monótono discurso repetido que parece retazo de alguna idea aprendida.

            Entonces, es tiempo de mirar hacia arriba. De entender las urgencias de la sociedad, pero a la vez, rechazar las vagas y deslegitimadas opciones que aparecen como líderes de época. Es momento de imaginar candidaturas posibles y reales. De soñar y emprender con el afán de lograr mejores días para Cuenca, el Azuay y el país. Es tiempo de imaginar nuevas candidaturas. (O)