Prevenir contagios

La “vuelta a la normalidad”, tan ansiada cuando la pandemia por el virus Sars-Cov-2, conocido como Covid-19, estuvo en su máximo apogeo, no está garantizada del todo.

El relajamiento de la población ha llegado a una extrema confianza en la mayor parte de países, incluyendo el Ecuador.

Le dan por superada a la mortal enfermedad. Mucho más si las dosis de vacunación son dos o tres. En nuestro país, según reportes del Ministerio de Salud Pública, una gran mayoría solo se quedó con dos, asimismo producto de la confianza.

Quienes se contagiaron, aun inmunizados con la segunda o tercera dosis confían mucho más. Lo superaron sin mayores complicaciones.

Unos ya ni siquiera se acuerdan del Covid-19. Otros ni se inmutan. Hasta les importa poco o nada sus constantes rebrotes.

Las medidas de bioseguridad, casi, casi son pasadas por alto. Tanto en espacios públicos como privados, la gente camina sin mascarilla. El distanciamiento físico entre ellos ya es un recuerdo.

Sin embargo, el Ministerio de Salud advierte sobre el incremento de casos de infecciones respiratorias por la influenza estacional y por el Covid-19.

Reportó 3.549 casos confirmados a escala nacional. El crecimiento es sostenido, más visible en provincias como Guayas y Pichincha.

Por ventaja, no supone la necesidad de hospitalizar a los contagiados. Tampoco es alta la mortalidad.

Pero eso no implica descuido total, relajación total, mucho más si estamos cercanos a Navidad y Fin de Año, fiestas donde las aglomeraciones son inevitables.

En estos días aumentan las infecciones provocadas por el virus de la influenza. La más afectada es la niñez, más vulnerable por asistir a las aulas escolares.

Por tal razón, este lunes la Unidad Educativa Hermano Miguel de la Salle, suspendió las clases presenciales. Sus instalaciones fueron sometidas a un proceso de satinización.

En salud, prevenir es la principal regla. Nuestra idiosincrasia no siempre nos lleva a aplicarla; pero nunca es tarde para hacerlo.