Las lecciones de la Tri

Mario Jaramillo Paredes

La participación de la selección nacional de fútbol en este Mundial nos deja varias lecciones que todos deberíamos asimilar y aplicar.

1- Escoger a la gente para una función determinada debería ser un proceso en el que primen los méritos y no la amistad o la fidelidad al jefe. En la selección nacional están los mejores jugadores del país, más allá de que puedan discutirse unos pocos nombres de quienes jugaron o quedaron en el banco.

En las funciones públicas, en cambio, es evidente que no están ni han estado los mejores ciudadanos. Hay por supuesto excepciones, pero en la gran mayoría de los casos la consideración principal no es el mérito, la capacidad o la experiencia, sino la pertenencia a un partido o a un grupo.

2- Sí se puede alcanzar la unidad en torno a grandes temas, siempre que sean tratados con claridad sin buscar réditos políticos. La vacunación contra el COVID y la unidad en torno a la Tri, son ejemplos recientes .A nadie se le ocurre preguntar ni ahora ni antes qué filiación política tienen los jugadores, el cuerpo técnico y los directivos. Simplemente han cumplido. Y tienen el reconocimiento nacional.

3- Sí es posible superar la injusta división del país en sólo dos centros hegemónicos y en provincias como se denomina en el lenguaje burocrático a todo lo que no es Quito y Guayaquil. Ni al más tarado se le ha ocurrido nunca que el número de jugadores debe darse por el número de habitantes de cada provincia, o por los impuestos que la provincia paga. Ojalá a la impresentable Asamblea Nacional no se le ocurra “debatir” una propuesta en este sentido, aun cuando todo se puede esperar del legislativo, como que cada provincia debe tener por lo menos un representante en la selección.

4-En un país con fuertes rezagos clasistas, la selección nacional es un ejemplo de que cuando hay igualdad de oportunidades son escogidos los mejores y no cuentan los privilegios.

5-El Ecuador mostró una vez más que en el deporte tiene una presencia mundial mayor que en otros campos en donde somos marginales. (O)