De la euforia a la reflexión

Tito Astudillo Sarmiento

Ha sido fantástico para la economía juntar el mundial con la víspera de Navidad; pues, hemos conjugado, sin querer queriendo, dos épocas que convocan, de manera simultánea, la ilusión y optimismo, con el consumo acelerado.

Si, definitivamente mundial y Navidad convocan emociones y sensaciones que nos abstraen de lo cotidiano, la selección nos tuvo pendientes a todos; casi todos, de cada uno de sus tres partidos que, en escalera abajo (victoria, empate y derrota), nos dejó la sensación de satisfacción por el juego y compromiso de los chicos; pero no de conformidad, todos sabemos que siempre pudimos ir por más; pero el mundial sigue y muchos (casi todos), seguimos con él y seguiremos hasta definir la copa; ya que, el domingo, de angas o de mangas, habrá tri y, uno de los dos se llevará la tercera…

La copa mundial como regalo para la Navidad en casa, el otro, los otros, todos los otros, (de los que somos parte), sin copa seguiremos el viaje del tiempo, porque el tren no para y, cerrado el mundial nos convocan las novenas, cenas, intercambios de sorpresas y un multicolor de compromisos, reuniones y eventos que llenan, más que la agenda, el clima que sigue irradiando optimismo, ilusión y alegría.

De la copa del mundo a la Navidad, de la fiesta del deporte a la fiesta de la solidaridad, de la euforia a la ilusión, de la adrenalina al compromiso, un mes para olvidar el mundo y habitar el sueño, un mes para ensoñar, reflexionar, proyectar y comprometer, un mes para renacer…

De la copa del mundo a la Navidad, alfombremos de fair play cada propósito, tomemos el ejemplo de lucha leal y solidaria, el ejemplo de entrega y compromiso, el ejemplo de identidad y amor por la tierra, el ejemplo de constancia y perseverancia como base de una nueva etapa para todos, para cada uno…  (O)