Nuevo miembro en la Academia

Edgar Pesántez Torres

La Academia Ecuatoriana de la Lengua Correspondiente de la Real Española, con rigurosidad ha acopiado la obra lingüística y literaria del filólogo azuayo Marco Antonio Tello Espinoza para catapultarle al pináculo donde están los máximos alfareros de la lengua española, quienes, a pesar de su inexorable evolución, han sabido cultivarla con mucho celo, sin quebrantar su esencial unidad. 

La ceremonia se realizó en La Casa de Cuenca, Quito, con un auditorio selecto de alrededor de un centenar de personalidades. Hizo la presentación la directora de la Real Academia, Dra. Susana Cordero de Espinosa, le dio la bienvenida el académico de número, D. Simón Espinosa Cordero, mientras el novel asociado, Dr. Marco Tello Espinoza, disertó su discurso de incorporación sobre “La poesía como un rasgo secular de identidad”.

Si de algo puedo presumir es haberme referido a personas con altos méritos, que no han tenido contradictorios a mis juicios encomiásticos por su vida ejemplar y su aporte al desarrollo de la ciudad y el país, en diferentes campos de sus competencias. Es el caso del personaje que hoy, que nuevamente escribo en tributo a su trabajo de maestro, lingüista e investigador.

La Academia conoce de su obra lingüística e investigativa sobre la lírica cuencana, tema que fue considerado en su discurso de ingreso. En homenaje al incorporado, decir que todavía queda algo del mito de Babel a los que aún hoy añoran una lengua única e identifican la diversidad de lenguas y de culturas como un castigo divino o como una lamentable carencia de la humanidad. 

Todas merecen ser habladas y estudiadas, ellas son espejo de las señas de identidad de las personas y de las culturas y todas nos ofrecen una información valiosísima de la sociedad humana. Siendo la lengua el primer rasgo identitario junto con la religión, las debemos reverenciar y cultivar, no manosearlas hasta el desprestigio.

El Dr. Marco Antonio Tello sabe que el objetivo esencial de la educación lingüística y literaria es mejorar la competencia comunicativa del alumnado, para lo cual, cuando maestro, justificaba los contenidos gramaticales para las habilidades del hablar, leer, entender, escuchar y escribir.

He dado unas pinceladas a sus dotes de lingüista, advirtiendo que su obra de crítico literario lo harán sus congéneres. Al finalizar este ligero homenaje al laureado por su pluma y su investigación literaria, creo que bien le calza el apotegma de Cervantes “El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”. (O)