Gobiernos liberadores

Sebastián Endara @endara_

En un contexto glocal donde se globalizan las condiciones de funcionamiento del sistema mundo mientras de localizan los impactos reales de la cultura y la economía; en una época de profundo descrédito del aparato estatal frente a su incapacidad de resolver los problemas de fondo que aquejan a la sociedad (y con ello no me refiero a la violencia, que más bien habría que mirarla como un síntoma de la pobreza, la inequidad, la falta de oportunidades, la corrupción estructural de la política partidista, y en suma, la ausencia de un proyecto social, incluyente y de largo aliento); en una época de marcado centralismo que en el Ecuador se traduce en un bicefalismo maldesarrollador; una época sumida en la lógica depredadora e insostenible del neoliberalismo; en una época de ausencia de participación activa de la ciudadanía en los asuntos que son de interés público; surge una propuesta que invita a reconfigurar lo político en los espacios cotidianos, y a generar una nueva forma de política en el ejercicio cercano de los gobiernos locales.

En suma, se trata de optar por una forma de gestión de la vida colectiva con democracia participativa, economías ecológicas y de apoyo mutuo, y una cultura de respeto absoluto por el otro. La propuesta es relativamente nueva, surge a fines del siglo XX de la mano del activista ácrata Murray Bookchin, con la tesis del municipalismo libertario.

Evidentemente hay que tener cuidado de las fórmulas reduccionistas que en el ámbito de las ciencias humanas siempre son fallidas, pero no obstante, se debe considerar los principios de acción sobre los cuales puede generarse un gobierno común-unitario cuya prioridad esté enmarcada en el sostenimiento de la vida, operado a través de asambleas confederadas y extralegales que produzcan recomendaciones directas a la gestión política institucional, y que delineen estrategias de desarrollo local a largo plazo que sean adoptadas por los gobiernos de turno, mientras el sistema común-unitario se ve fortalecido y perfeccionado. (O)